Paul Reubens, el actor que interpretó a Pee-wee Herman, un personaje extravagante que vestía un traje gris y moño rojo mientras deleitaba a niños y adultos por igual con su distintiva risa, falleció esta semana tras una larga batalla contra el cáncer.
"Un dotado y prolífico talento vivirá para siempre en el panteón de la comedia y en nuestros corazones como un amigo apreciado y un hombre de carácter notable y generosidad de espíritu", dijo una publicación de su cuenta de Instagram.
Puede interesarte: Stephen Amell, protagonista de Arrow, se pronuncia contra la huelga de actores
En un mensaje a sus seguidores que el artista escribió antes de morir, Reubens dijo que se disculpaba por no haber hecho pública su batalla de seis años contra el cáncer.
"Siempre he sentido una gran cantidad de amor y respeto por mis amigos, fans y seguidores. Les he querido mucho a todos y he disfrutado haciendo arte para ustedes", dijo.
Su carrera descarriló en 1991 tras ser detenido, acusado de exhibicionismo en un cine para adultos, por lo que se declaró inocente y cumplió 75 horas de servicio comunitario.
En 2004, Reubens se declaró culpable de un delito menor de posesión de material obsceno en Los Ángeles. Fue condenado a tres años de libertad condicional. Como parte de un acuerdo, los fiscales aceptaron retirar un segundo cargo de posesión de pornografía infantil. El actor sostuvo que las fotos que son el centro del caso formaban parte de su colección de arte.
Reubens nació como Paul Rubensfeld en 1952, en Peekskill, Nueva York. Comenzó su carrera como cómico de improvisación y actor de teatro en los años 70, cuando se unió a la compañía angelina The Groundlings, según la base de datos de películas Themoviedb.org.
En 1982, Reubens apareció en un popular espectáculo teatral de Los Ángeles, conocido como "The Pee-wee Herman Show" como el personaje principal, que él mismo desarrolló.
En 1986 debutó el programa de televisión de los sábados por la mañana "Pee-wee's Playhouse", lanzando la carrera de Reubens, que también incluyó dos largometrajes como Pee-wee Herman.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
El extraordinario lenguaje corporal de Reubens, sus expresiones faciales y sus diálogos ofrecían a sus seguidores lecciones morales irónicas y una sátira fuera de lo común.
El escenario principal del programa era la llamada casa de juegos de Pee-wee, su lugar de residencia, llena de titiriteros disfrazados de objetos que hablaban y tenían personalidad, como su adorado sillón, Chairy, y las alegres flores del alféizar de su ventana, junto con otros personajes singulares.