El lunes 25 de mayo se cumplirán dos meses desde que los cines en México dejaron de operar forzados por la emergencia sanitaria del coronavirus. En este tiempo, la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) estima que se han dejado de percibir tres mil millones de pesos.
“Es difícil saber exactamente cómo se hubiera comportado la taquilla en este tiempo. Pero comparando con el mismo periodo de 2019, son 60 millones de boletos los que se han dejado de vender en estos dos meses, solamente de taquilla”, dice Fernando de Fuentes, presidente de Canacine, en entrevista con El Sol de México.
Esta ausencia de ingresos que se mantiene activa, por lo menos hasta el 15 de junio, no limitan su impacto sólo a los complejos de exhibición, pues ese dinero se “derrama en toda la industria; si bien son boletos de taquilla, luego van al distribuidor, luego al productor quien a su vez ya le había pagado al director y demás. Entonces la industria en general deja de recibir al menos tres mil millones de pesos en estos dos meses”.
A pesar del panorama, las salas de cine ya prevén una apertura en las próximas semanas. “En algunos lugares será el 15 de junio, otros será el 15 de julio. Depende el estado. Al parecer la Ciudad de México será 15 de julio, así que seguramente habrá una apertura escalonada dependiendo la localidad”, explica el presidente de la Canacine
EL RETO
Lo importante de esta nueva etapa será generar confianza en los espectadores “de que los cines van a ser lugares donde el riesgo (de contagio del Covid-19) sea mínimo y que de alguna manera está a salvo su salud”, para los que han comenzado a trabajar en un protocolo de seguridad que “se está trabajando muy apegado a las recomendaciones de la autoridad”.
Este protocolo incluye la reducción del aforo en cada sala que “en algunos casos será del 50 al 60 por ciento, dependiendo la localidad y todo apegado a las normas que se establezcan por la autoridad”.
Además de respetar la sana distancia entre cada espectador: “La asignación de asientos será como un tablero de ajedrez donde incluso habrá filas o espacios vacios; al llegar a la taquilla y comprar tu boleto, simplemente habrá butacas canceladas en el sistema”.
Las proyecciones, afirma Fernando de Fuentes, serán graduales. “Si antes había dos películas que comenzaban a las seis de la tarde, esta vez estarán escalonadas: una a las seis y otra más tarde para reducir el aforo”. Además “se dará más tiempo entre función y función para que la sanitizacion sea exhaustiva, según marquen las autoridades”.
Los trabajadores de las cadenas de cine deberán “contar con cubrebocas, caretas, guantes, si es el caso, o cofia, según lo que haga falta”. Y se hará un “monitoreo constante de la salud de los empleados”. Asimismo se “exagerará en el uso de gel sanitizante, teniendo estaciones por todo el lobby, complejos y cines”.
También se plantea desarrollar una campaña en un “esfuerzo brutal como Cámara”, que contará con el apoyo de “distribuidoras, exhibidoras, productoras. Ojalá contemos también con el apoyo de la comunidad artística, para logar que la gente regrese a las salas”.
Este protocolo se está armando con base en la experiencia de algunos países que no cerraron sus cines durante la pandemia “como Suecia, Japón o Corea del Sur. Y complementando con los que contemplan abrir pronto como son Estados unidos y España”.
Según los resultados anuales que presentó Canacine en 2019, México cuenta con siete mil 619 pantallas, ubicándose como el cuarto país del mundo con mayor cantidad de salas de cine al cierre de año. Nuestra industria también se ubica en la cuarta posición mundial de los países con mayor número de boletos vendidos al emitir 352 millones de entradas el año pasado, convirtiéndose también en el noveno país con mayor recaudación en taquilla al sumar 996 millones de dólares en 2019.
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