CANNES. Al arrancar a este domingo la segunda y última semana del certamen y con más de la tercera parte de las películas en competencia ya estrenadas, un primer balance demuestra que los títulos más esperados -Annette, Benedetta- no convencieron dejando el terreno libre a producciones de cineastas menos "establecidos", sea debutantes, sea en su segunda o tercera película con las que son seleccionados por primera vez.
En cuanto a procedencia geográfica las películas que vienen del norte europeo se encuentran a la cabeza de la preferencia de los críticos y de este corresponsal.
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El estreno el día de hoy en competencia de Compartimento No. 6, segundo film del finlandés Juho Kuosmanen, confirmó esta tendencia que se manifestó un par de días antes con la buena producción noruega Julie en 13 capítulos-La peor persona en el mundo de Joaquim Trier reseñada ya aquí.
Tanto Trier como Kuosmanen tuvieron anteriormente películas seleccionadas en secciones de este festival.
En el caso de este último se recuerda su primera película Olli Maki, laureada dentro de la sección Un Certain Regard en 2016.
Kuosmanen, igual que su colega dano/noruego, confirma su talento en la dirección de actores, creando un ambiente de intimidad y empatía entre sus dos protagonistas, la finlandesa Seidi Haarla y el ruso Yuriy Borisov, quienes viajan en tren desde Moscú hasta Murmansk, una localidad siberiana al extremo norte de Rusia. Dos seres completamente diferentes pero que a lo largo del viaje establecen una relación humana compuesta de amistad, atracción mutua y empatía. Dejando el final abierto respecto a lo que puede suceder entre ellos Kuosmanen y sus coguionistas Livia Ulmann y Andria Feldmanis, subrayan la parte sustantiva de la película donde lo importante resulta ser el viaje/búsqueda/encuentro de dos seres humanos.
De un recorrido iniciático trata también la segunda película estrenada hoy en competencia, El día de la bandera (Flag day) con la que el famoso y controvertido actor norteamericano Sean Penn regresa a Cannes con su tercer intento como director. Me temo que la respuesta de la crítica no será favorable con el filme, aunque no tan devastadora como lo fue en el caso de su anterior realización, The last face presentada aquí también en 2016.
Penn tanto por detrás como delante de la cámara como actor principal intenta plasmar el recorrido de su hija –interpretada por Dylan Penn, su hija en vida real– hacia la edad adulta a través de su búsqueda por establecer una verdadera relación con su añorado padre. Penn en tanto que director como sus coguionistas Jez y John-Henry Butterworth no logran dar sustancia, credibilidad y sentido en este anárquico, mal editado relato que aunque adaptado de una novela se antoja algo autobiográfico en cuanto a Penn mismo.
Respecto al viaje iniciático y de búsqueda de la figura paterna, el joven realizador italiano Jonas Carpignano logra resultados muy estimables en su tercera película, A Chiara presentada en la sección paralela de la Quincena de Realizadores. Una chica de 16 años de una familia de Calabria, Italia sale a la búsqueda de su padre quien ha desaparecido. A lo largo de este recorrido descubrirá la ocupacioón de su progenitor, un miembro de la mafia local, la famosa Dragheta y asumirá su madurez de joven mujer. Excelente la joven actriz Swamy Rotolo en el papel de Chiara.
El día concluyó con la excelente producción israelita Érase una vez una mañana con la que Eran Kolirin regresa por tercera vez en la sección oficial Certain Regard donde se reveló en 2007 con La visita de la banda de la música. Fiel en sus temas que tratan las relaciones entre israelitas y palestinos el realizador ofrece con empatía, humanismo y fino sentido de humor los conflictos internos entre los palestinos y sus compatriotas que tienen también la nacionalidad israelita además de lo que opone todos los palestinos a los ocupantes israelitas. Fue la película de mejor recepción hasta ahora en Certain Regard.