Viggo Mortensen tuvo una infancia llena de cine, pues desde los tres años solía acudir con su mamá al cine en Buenos Aires, ciudad donde pasó sus primeros años, a ver los estrenos de películas de todo el mundo. “Siempre me ha encantado ir al cine, me gusta sentarme en primera fila en el centro y estar en la película”.
Así lo señaló a El Sol de México, durante una conferencia de prensa celebrada en el primer día del 21 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), cuyas actividades iniciaron con el estreno de la película The Dead don't Hurt, dirigida y protagonizada por el estadounidense.
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"Llegó un momento, cuando tenía entre 21 y 22 años, que me pregunté por qué me emocionaba tanto viendo una película, aunque no tenga nada que ver conmigo o mi familia, o mi experiencia de vida", dijo el actor, quién acudió al encuentro vestido con una playera roja que tenía el rostro de Salvador Allende impreso en ella.
“Intenté formar parte de los que hacen cine, y pensé que son los actores quienes me conmueven. Fui aprendiendo y haciendo pruebas para castings, y me di cuenta que no sólo son los actores, antes hay un guion, un director, un editor. A veces hay actuaciones donde no sabes cómo lo va a rescatar, y sale de premio, hay muchos componentes, y de ahí muy rápido me interesé en este esfuerzo colectivo”, relató.
Su carrera comenzó en los años 80, participando en producciones como Testigo en peligro, La teniente O´ Neil, Retrato de una dama y Daylight. Su nombre se volvía cada vez más conocido en Hollywood, pero su salto a la fama internacional se dio en 2001 cuando interpretó a Aragorn en la saga cinematográfica de El señor de los anillos.
Al estar celebrando su cumpleaños número 65, se dijo abierto a seguir buscando nuevos desafíos y proyectos que lo hagan crecer. “La vida misma es un continuo aprendizaje, y hacer cine siempre lo es. Vas aprendiendo, cada actor y cada miembro del equipo técnico viene con sus ideas y su forma de comunicar”.
Amante del trabajo en equipo
Para el tres veces nominado al Oscar cuidar el más mínimo detalle en una película es crucial para que el resultado sea satisfactorio. En su opinión, una manera de garantizar esto es con una buena colaboración entre el equipo de producción, algo que se logró durante el rodaje de The Dead Don't Hurt.
“Sin tu equipo y tus actores no eres nada como director. Busco la colaboración, es lo que más me gusta. Cuando empecé en el cine es lo que más me gustaba, nunca he sido como actor alguien que se queda en el camerino, esperando a que me llamen. Quiero estar ahí en el set si me dejan estar viendo cómo lo hacen, cómo comunican”, señaló.
El originario de Nueva York se dijo honrado de presentar su proyecto en el FICM, pues este festival goza de mucha fama. La cinta sigue la vida de Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps), quien tras la partida de su esposo a la guerra civil, se queda viviendo sola en un pueblo dominado por hombres violentos.
“El corazón de la historia es una mujer, y la historia se trata en gran parte de lo que le pasa a ella, de lo que piensa y lo que decide hacer”, dijo sobre la trama de esta, su segunda cinta como director después del drama de 2020 Falling. “Estaba pensando que es como un retrato… no es una superheroína, sino una mujer de carne y hueso, de alguna manera una especie de santa y laica de la aceptación y el perdón”, detalló.
Una experiencia poética
En la conferencia también estuvo presente Danny Houston, que da vida al corrupto alcalde Rudolph Schiller, quien solapa los abusos en el pueblo. El artista calificó como "una experiencia poética" el haber sido dirigido por Mortensen, pues asegura que el haber estado frente a la cámara en múltiples proyectos, le permitió generar un ambiente relajado e íntimo en el set.
“Es un contador de historias que permite con su equipo un ambiente para el actor, porque obviamente es sensible al proceso, permite que el actor cree para sí mismo”, dijo, mientras Viggo se tapaba los oídos a manera de broma.
Rodaje en México
El rodaje de esta cinta, cuya idea inicial se gestó en 2020 durante la pandemia, se llevó a cabo en Durango, con trabajadores mexicanos dentro del equipo de producción. "Fue muy interesante, nos tomó un tiempo saber que ese sería el lugar”, comentó la mexicana Regina Solórzano, de Talipot Studio, quienes produjeron la cinta.
“Habíamos pensado en muchos lugares en la parte norte de México, porque es un país muy diverso, pero entrando Viggo y todo el equipo supimos que era el lugar ideal. También por la historia que tiene el estado con este tipo de cine", agregó.
No hay clave para el buen cine
Viggo compartió su punto de vista sobre la industria cinematográfica, destacando que “la mayoría de las películas que salen cada año son bastante malas”, pero siempre hay gente haciendo buen cine en todos los países.
Asimismo, destacó que no existe una receta para el éxito, y la calidad de los títulos que se lanzan alrededor del mundo en la actualidad sigue siendo la misma de siempre.
"Puedes tener un buen guion y buenas intenciones, y no te sale bien. Si alguien supiera cuál es la clave, cómo se hace una buena película, y garantizar que la gente la compre, se venda bien y vaya a verla, sería una persona muy rica. Pero no se sabe nada", opinó.
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Viggo Mortensen continúa sus actividades en el FICM este sábado, con la presentación de un documental producido por él, titulado Dulce muerte, que aborda el tema de la eutanasia y la controversia que ha generado en la comunidad médica.