Oaxaca.- Tic tac, tic tac, suena lentamente el reloj de cuatro caras de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca, que espera al igual que sus ciudadanos que el próximo domingo Yalitza Aparicio Martínez obtenga en la 91 edición de los Premios Oscar, el galardón a la Mejor Actriz por su participación en la película Roma, de Alfonso Cuarón.
La pobreza y marginación de esta comunidad mixteca del sureste de México no es impedimento para tejer el sueño de que una de sus representantes obtenga la estatuilla dorada, que llevaría también la esperanza de un mejor mañana a una población que deja ver banderas rojas en materia de seguridad.
Tlaxiaco es una comunidad en donde el 18.30% de su población presenta rezago educativo; 23.6% carece de servicios de salud y 21% no tiene agua entubada, esas fueron las condiciones en las que creció la nueva promesa del cine; en medio de una comunidad que se sumió en la pobreza y en la inseguridad.
Las calles están sin pavimentar en la mayoría de las colonias, las escuelas aún carecen de maestros, abundan los perros callejeros que buscan de comer en medio de las plazas que se han infestado de puestos ambulantes que diariamente contaminan visualmente uno de los más bellos lugares de la mixteca.
Los padres de Yali, como la conocen en el pueblo, están convencidos que la joven que en su época de estudiante odiaba los vestidos y las zapatillas y prefería los pantalones, las playeras y los tenis y hoy viste las mejores marcas de moda, saldrá victoriosa en la contienda, pero también están seguros que su huella no será efímera y continuará llevando triunfos y orgullo al París Chiquito.
Hija de la mezcla de etnias al ser su padre Raúl Ismael Aparicio oriundo de Santa Catarina Yonosotú en la mixteca de Oaxaca, y su madre Margarita Martínez Merino de San Miguel Copala, comunidad triqui tiene la fuerza y el alma rebelde de sus 25 años, con los que ha conquistado el corazón de muchos y ha despertado la envidia de otros tantos, afirma su hermana.
Cobijada por sus hermanos Edith, Jesse Akwin y Pedro, así como de Alex Uriel quien se convirtió en su eterno ángel al fallecer, la joven siempre se destacó por su timidez y fuerza que la llevaron a seguir su primer sueño ser maestra, así fue como dio el primer paso y en el 2012 ingreso a la Escuela Normal de Putla, comunidad a 66 kilómetros de su ciudad natal.
La vida para Yalitza no fue fácil, pese a vivir en una comunidad indígena afrancesadas por los gustos del presidente Porfirio Díaz, la pobreza y marginación inundan las calles; esto la llevó a combinar sus estudios con la elaboración de piñatas que junto con su hermana mayor lograba colocar en el mercado del pueblo.
Así transcurrieron los años de escuela de la actriz, que vivía entre cuartos de tabicones, con cemento rústico y una cerca de carrizo en la agencia de policía Campo de Aviación, a la que años atrás se habían mudado para buscar un mejor futuro, tras vivir en la colonia Flores Magón, en un lugar rentado.
La también responsable de que hoy Yalitza se encuentre en el lugar en que está, menciona que su hermana siempre fue una persona tímida, comenzó a hablar muy tarde y lo hacía con poca fluidez; sin embargo, siempre se caracterizó por ser muy inteligente; esto y el apoyo de sus padres le permitieron terminar la licenciatura como maestra de preescolar en agosto de 2016.
Ese año se enfrentó a la vida laboral, el conflicto que vivía Oaxaca con el magisterio no permitió que fuera ubicada en alguna institución educativa como docente, regresó entonces a su pueblo natal, donde encontró su primera oportunidad en el preescolar México.
A la aficionada al futbol, la esperaba una nueva oportunidad, movida por la mano de su hermana, acudió a un casting a la casa de la Cultura de la localidad, Miguel Ángel Martínez Oceguera director del lugar también la llamó, pero ella se resistía hasta que Edith la convenció.
Yalitza pasó la prueba, y ante el embarazo avanzado de su hermana, fue su madre quien la acompañó en la nueva aventura;así se trasladó primero a la capital del Estado, después a la Ciudad de México, ahí le dijeron que había obtenido el papel, desde entonces y hasta ahora la vida la ha premiado con viajes, reconocimientos y nuevas experiencias.
Mientras el sueño de Yalitza continúa, en su pueblo natal aún no definen de qué manera darán seguimiento a la entrega de los premios, pues apenas el 14 de febrero tomó protesta como presidente municipal, Gaudencio Ortiz Cruz, tras el asesinato de quien ocupaba el cargo el 1 de enero, Alejandro Santiago Aparicio y su sindico, Perfecto Hernández.