Netflix ha eliminado de su menú de opciones la posibilidad de subtitular en español de España la película Roma, de Alfonso Cuarón, rodada en español de México y mixteco, la lengua indígena que habla su protagonista, que sí figura subtitulada.
La decisión, que Netflix ha declinado explicar de manera oficial, como es habitual en su política de comunicación, supone un modo de acabar con la polémica surgida a raíz de que el director mexicano se quejara en una entrevista en Nueva York de que se subtitulase su cinta.
Cuarón declaró que el hecho le parecía "muy ofensivo" y "muy, muy ridículo", e insistió en que él, como mexicano, veía la películas de Pedro Almodóvar sin problemas: "A mí me encanta ver el cine de Almodóvar, y no necesito subtítulos al mexicano para entenderlo", añadió claramente enfadado el director.
La película, ganadora del León de Oro en Venencia y recién galardonada con dos Globos de Oro como mejor película de lengua extranjera y mejor dirección, nominada a los Bafta y a los Oscar, entre otro centenar de reconocimientos, está disponible en la plataforma de pago desde el pasado 14 de diciembre.
Desde ayer en España, Netflix ofrece Roma en versión original (español latinoamericano) y con subtítulos sólo en las partes habladas en mixteco, la lengua indígena en la que se comunican dos de sus protagonistas.
Ante esta polémica también se pronunció el académico de la lengua Pedro Álvarez de Miranda, cinéfilo declarado, para apoyar al director del cine mexicano en sus críticas a los subtítulos de Roma y agregar que, en su opinión, esta práctica "abre grietas en el privilegio" de los hispanohablantes de entenderse.
Álvarez de Miranda consideró que los subtítulos a la película mexicana suponen un "fenómeno sorprendente" y "una falta de confianza" a la capacidad de la comunidad panhispánica de entenderse.
El filólogo piensa que, "afortunadamente", las películas españolas no necesitan traducción para ser vistas en países hispanohablantes diferentes de España, "ni al contrario".