Uno de los secretos del éxito del director colombiano Víctor Gaviria, es retratar la realidad lo más cercano posible, para que el espectador logre empatizar con la historia presentada, ya sea por los problemas que aborda o, simplemente, por las opiniones hacia un mismo tema.
Con el fin de compartir lo que ha aprendido en su camino como profesionista, el cineasta impartirá el taller presencial Cine de realidad, en la Facultad de Cine y la Escuela de Cine Comunitario Pohualizcalli, en Iztapalapa, del 18 al 23 de julio.
Te puede interesar: Guillermo del Toro celebra la participación de México en el Festival de Francia
Durante estas fechas, se hará una retrospectiva de las obras del cineasta en la Cineteca Nacional, la Facultad de Cine y el Centro Cultural Elena Garro.
Además, Gaviria será reconocido como miembro honorario de la Sociedad Mexicana de Directores, Realizadores de Obras Audiovisuales y se le entregará La Medalla Cineteca Nacional, galardón más importante de esa institución.
Por otro lado, se hará la presentación y lanzamiento de los libros Víctor Gaviria, realidad, desasosiego y belleza. Su bra cinematográfica y Toda historia es de amor-antología poética de Víctor Gaviria.
El realizador reconoce que existen algunos límites que no se pueden cruzar, sobre todo cuando se trata de temas delicados como el narcotráfico o la corrupción en altos puestos.
Así le sucedió a finales de la década de los 90, luego del éxito de La vendedora de rosas (1998), nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes; aquí, Gaviria enfocó sus esfuerzos en contar la historia detrás de Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín, sin embargo, enemigos del narcotraficante se opusieron, incluso hasta amenazaron al escritor.
“Me encontré con una barrera inmensa, con una cantidad de gente que empezó a hacer bulla y ruido, me citaron en algunos lugares en los que me ordenaron contra mi vida, que no se hablara de Pablo, nada más, que eso era ya cosa del pasado.
“Ese impedimento y prohibición que nos dieron fue por partte de los enemigos de Pablo Escobar, eso les parecía como propiciar la aparición de otro tipo de líderes prepotentes como él, esa etapa, de esos líderes que enfrentaban el estado ya había pasado, era otra época”, afirmó Gaviria en entrevista.
Aunque abandonó la idea de retratar a Escobar, la amenaza repercutió en varios proyectos siguientes, uno de ellos fue Sumas y restas (2004) en la que cambió de dirección cuando comenzó a escribir el guion; en vez de enfocarse en una persona que maneja un laboratorio de producción de cocaína, el escritor optó por abordar la historia desde la perspectiva de la gente y afectados por el negocio.
“Hice esta película de bajo perfil usando más el tejido con la relación social, con las familias que en algún momento dado no sabían qué estaba pasando, me convino no haber entrado en esa tentación de hacer algo sobre de Pablo. Es una tentación muy difícil de llevar adelante.
“Sé que hay cosas que no se pueden contar y nunca he ido con una terquedad porque hay directores que se sienten una obligación de ir detrás de un tema, no importa si arriesguen su vida o integridad, están como llamados por un deber, yo no", agregó.
En la década de los 70, Gaviria encontró un rumbo para hacer un cine que no fuera representativo, buscó actores más naturales, que se desenvolvieran como en la vida cotidiana, sin necesidad de exageradas interpretaciones.
Durante más de 40 años, el escritor se ha mantenido en esa misma línea, así nacieron Rodrigo D. No Futuro (1990), también nominada a la Palma de Oro en Cannes; Simón El Mago (1994) y La mujer del animal (2016).
“En estos 40 años sigo trabajando en lo mismo, haciendo relatos de realidad que la gente cuando los perciba se dé cuenta de que hablan de unas voces que nunca se escuchan, que están invisibilizadas, calladas, voces un poco de toda esa población excluida de nuestro país, pero con historias importantes”, dijo.
Actualmente desarrolla Sosiego, su próximo filme que aborda la vida de una mujer de Medellín que, al cumplir 50 años, se percata que sus hijos no son lo que ella hubiera querido; uno está en una banda criminal, la segunda hija se dedica a la prostitución y la tercera abandona la escuela por su adicción a las drogas.
“Mi objetivo es seguir haciendo películas con esa dificultad que entrañan esas películas de realidad que están multiplicadas en secuencias, personajes, detalles que nunca deben de olvidar, eso requiere un gran trabajo, una enorme construcción del guion”, dijo.
Entre sus deseos están el escribir y dirigir algo inspirado en una obra de Gabriel García Márquez.
TE RECOMENDAMOS EL PODCAST⬇️
Disponible en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music