El mariachi es un símbolo identitario de México pero también es un estilo que se enfrenta al menosprecio de algunos músicos, quienes lo ven como algo menor; además, aunque poco a poco aumenta la presencia femenina, la realidad es que las mujeres son una minoría considerable, coinciden las violinistas Katya Ruiz y Carla Givette Loeza.
En entrevista, las xalapeñas de 24 años de edad dicen estar orgullosas de ser dos de las tres primeras mujeres que por audición forman parte del Mariachi Universitario de la Universidad Veracruzana.
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“En el arte, igual que en otras áreas, hay un despertar y una inquietud por incursionar en áreas en las que antes no figurábamos. Falta mucho camino por recorrer pero vamos avanzando”, opinan.
“Desde niña he seguido al Mariachi de la UV y he visto pasar a varias generaciones y directores. Hasta 2019 no había posibilidad de que una mujer ingresara y tampoco había una convocatoria”, rememora Katya, quien es licenciada en Instrumentos Orquestales por el Instituto Superior de Música de Veracruz.
“Yo sí me veía cantando con el Mariachi pero cuando sucedió, no lo podía creer. Ahora lo hago todos los días, con mucho gusto. Es como un sueño cumplido”, dice en uno de los ensayos previo a un concierto especial cuyo objetivo es lograr la transversalidad.
Titulada “Cuando lo clásico encuentra al Mariachi”, será una audición en la que compartirán escenario con solistas de la Orquesta Sinfónica de Xalapa y está programada para el sábado 25 de junio a las 19 horas en el auditorio IMAC.
Además de hablar de feminismo y de algunos logros y avances, Carla y Katya exponen que por su formación profesional en el área clásica han logrado percibir una idea en algunos profesores: “Para qué estudiar tanto si van a parar en un mariachi".
Poco caso hacen al respecto. Carla Givette dice estar contenta y comprobar que es un estilo con sus propias dificultades. Además, hacer música ligada a las raíces de una nación —considera— es motivo de alegría y satisfacción.
“He tenido oportunidad de vivir en el extranjero por cuestiones de estudios y es muy gratificante ver cómo esta música nos identifica como mexicanos, como sociedad, como una cultura”, expresa quien es egresada del Centro de Iniciación Musical Infantil y de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana.
Carla Givette enfatiza en un tema específico: la ausencia de escuelas en el país que ofrezcan una formación como mariachi. Quizá, cree, de ahí venga el menosprecio.
Y es que recuerda que en Estados Unidos ya hay instituciones dedicadas a esta enseñanza, aunque el mariachi no sea parte de su identidad y la denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de este estilo esté atribuida a México.
Con el deseo de que haya un avance en el valor que tiene este género, las cantantes y violinistas dan un mensaje a las mujeres: “Nada es imposible. Cada vez hay más oportunidades para nosotras. Sigan esforzándose y mantengan la mente abierta a las oportunidades”.