La gentrificación es un proceso urbano que concentra y separa. Es el cambio de una clase social por otra. Una centralización de la ostentación, lo más bonito, lo consumible, el arte, la “conciencia ambiental”, el “Pet Frendly”. Una fórmula de pulsión-explosión-rechazo que cambia el flujo de las ciudades. Un fenómeno mundial que está transformando el rostro del mundo.
La gentrificación pone atención en las tiendas de ropa alternativa, el café orgánico, la estética canina, el restaurante vegetariano, el museo, el lounge. Renueva lo viejo por una vestimenta más fresca y pretenciosa mientras va descubriendo nuevos modos de consumo. Usa los viejos transportes —como la bici o el patín del diablo— y los muta por prácticas de moda. En ella la tragedia se vuelven oportunidad para reemplazar a los arcaicos habitantes y renovarlos por otros más “estudiados” y “conscientes” del entorno. Los edificios derrumbados por un sismo son como costras que poco a poco serán sanadas quedando como remplazo una cicatriz en forma de un edificio posmoderno.
La gentrificación es un urbanismo telúrico. Gracias a él suben los precios, se extinguen los viejos negocios, se amputan las construcciones abandonadas, llegan nuevos vecinos con nuevas ideas y entonces las prácticas tradicionales se opacan. En este temblor urbano el gentrificador se opone a su práctica, es decir, rechaza al migrante que llegó un par de años después que él. Los caballeros que luego fueron “Dandys” se han trasformado hoy, gracias a la gentrificación, en los nuevos “Hipsters”.
Claudio Torres Nachón se percató de este fenómeno en Nueva York mientras estudiaba fotografía en Brooklyn, la capital de la gentrificación. Ahí retrató el vecindario, sus prácticas y sus vecinos, y comenzó en 2011 una investigación que hasta 2013 tomó forma concreta. Visitó otras ciudades buscando el tema: Berlín, Estocolmo, Barcelona, París, Múnich, Buenos Aires, Lima, Montevideo. Reflexionó la idea, puso atención y tomó cautela para esperar el momento indicado y dar el clic. Una mirada frontal sin mucha interpretación de lo que se ve, pues Claudio no toma partido, observa el fenómeno y lo subraya, lo hace visible.
GENTRIFICACIÓN EN LA CDMX
La CDMX representa para Claudio Torres Nachón un disgusto y un arrastre, pues las circunstancias lo han obligado a habitarla y entonces la observa. Comprende que la ciudad es de una magnitud inabarcable, como ese gran queso que cuesta decidir dónde comenzar a morder. Una enorme urbe rompecabezas con multitud de ambientes y de formas.
La fotografía es una práctica que implica posesión, pero esa ciudad le parece imposible para lograrlo. Entonces se detiene, reflexiona, observa y se decide, saca una foto.
En la CDMX existen todos los tipos de gentrificaciones que Claudio ha estudiado, desde el impuesto por el estado para favorecer a los “aliados”, hasta los orgánicos por corrupción y los derivados de una estrategia exclusivamente del sector empresarial. En algunos casos sus fotos parecen ser de arquitecturas, pero Claudio Torres Nachón va más allá, intenta olfatear el rastro de los humanos, produce imágenes silenciosas para escuchar los pasos que transitaron por esos lugares. Es así que extrae mundos con letreros de clausura, residuos de lo viejo debajo de las renovaciones de lo urbano. Toma edificios, espacios ausentes, talleres de bicicletas y ventanas ornamentadas con macetas. En fin, documenta la actual transformación de lo antaño por los nuevos entornos de lo citadino.
La exposición de fotografía TRANSFORMX de Claudio Torres Nachón se presenta hasta el día 6 de junio en la Biblioteca Carlos Fuentes, en Úrsulo Galván, zona Centro. La entrada es gratuita.