Hay libros peculiares. Local del mundo. Cuadernos del calígrafo y Local del mundo. Civismo de Babel, de Adolfo Castañón, lo son. Concebidos como gemelos, eran el periplo de una sola propuesta que se desdobló en dos. Conectados entre sí, siameses literarios, se conectan con la poesía, los aforismos, la prosa y sus lectores que inevitablemente al adquirir uno, se llevará el otro.
Siempre es un gusto para la Editorial de la Universidad Veracruzana abrirle las puertas a Adolfo Castañón (Ciudad de México, 1952), orfebre de la palabra y lector sin pausa y permitirle que entre a casa para que nos comparta su quehacer poético que interpreta lo cotidiano y colecciona sentires varios en este gran planeta que es casa, que es transporte, que es receptáculo, que es campo, que es calle, que es ciudad.
Apunta Castañón: “El calígrafo es un nómada, un pasajero que va de silencio en silencio. Su guía: una piedra. Su pincel: un vello de cría. Su tinta: calma que ensancha el silencio”.
El autor explica que en ambos libros reúne “transcripciones, imitaciones, traducciones de poemas y textos de distintas regiones y autores”, entre los que se encuentran Wang Wei, Li Po, Qina Qi, Marguerit Yourcenar, Saint-John Perse, Antonin Artaud y Jaques Prévert, entre otros. Ciudadanos del mundo que erigen con sus palabras una torre de Babel que es una bitácora de vivencias.
Hoy podemos viajar a cualquier ciudad del país o algún otro lugar del planeta y los malls son la unificación de la felicidad instantánea. Tal vez perdemos de vista que nuestro local es el mundo y ahí, en la diversidad, nos encontramos con el amor, el viaje, la algarabía, el llanto, los mapas, la gratitud, la soledad, la vida toda.
En uno de sus poemas, Castañón nos recuerda: “El mar envuelve la tierra/ No lo recuerdan quienes/ viven tierra adentro./ Bajo el cielo/ mar y tierra/ inmóviles gravitan/ Oscuro no es cuerpo/ Luz tampoco/ Tiempo de/ Espacio.
Como buen vino que se produce con esmero, Castañón nos ofrece su cosecha de poemas 2012-2015 y con ello nos invita a que en cada sorbo, en cada palabra que nos ofrece, no perdamos el asombro por la vida que tenemos aquí y ahora. Al fin y al cabo el final puede ser así: “Colofón/-Perdone, ¿por dónde se llega al cementerio?/-Siga caminando derecho: no hay forma de perderse./-¿Y si dejo de caminar?/-Quiere decir que ya llegó./
Local del mundo. Cuadernos del calígrafo y Local del mundo. Civismo de Babel, de Adolfo Castañón, son de la colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 2018. Se pueden adquirir en Hidalgo 9, zona centro, Xalapa, Veracruz.