Corre, lee y dile / La feria de Juan José Arreola, revisitada

La literatura de Juan José Arreola es en sí una fiesta

Germán Martínez Aceves

  · lunes 1 de abril de 2019

Intensa, como las expresiones teatrales de sus inquietas manos; erudita, como se palpa en cada palabra, cada frase, cada construcción literaria; estratégica, como jugada de ajedrez magistralmente pensada.

Arreola era un juglar del siglo XX que lo mismo disertaba en foros académicos, que se presentaba en los sets de televisión para hacer de la palabra un espectáculo o deleitaba a sus amigos y lectores con charlas amenas e interminables. Juan José era un personaje en sí mismo.

Nacido en Zapotlán el Grande, Jalisco, en 1918, Arreola era un florilegio de la cultura. Abrevar en sus textos, ya sea en novela, cuentos o ensayos, es encontrar una riqueza de narración e imaginación. Estudiarlo, es como picar piedra en una mina de diamantes y encontrar joyas a cada paso.

Norma Esther García Meza, investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana, eligió La feria, única novela que escribió Juan José, para ingresar y fascinarse en el estudio del universo arreoliano. A partir de ahí hizo su tesis doctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México. Este acercamiento a la vez la llevó a realizar el libro La feria. Memoria antigua y fiesta, dado a conocer ahora en la colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Anota la investigadora: “Sin despojarlo de sus acentos, intenciones y valoraciones, Juan José Arreola toma el lenguaje utilizado cotidianamente por los habitantes de este vasto territorio y construye con él dos imágenes artísticas que resultan centrales para aprehender la significación ética y estética de La feria: la de la memoria antigua y la de la fiesta”.

Arreola recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1963 por La feria. La historia se desarrolla en Zapotlán. La virtud del escritor jalisciense es condensar todas las épocas en el contexto de la obra a través del personaje Juan Tepano que a su vez es la voz colectiva de los indígenas.



Como en un carrusel, 288 fragmentos giran alrededor de la lucha por la tierra, la fiesta religiosa y el jolgorio popular. Las voces diversas de Zapotlán son una polifonía que da identidad a un pueblo magistralmente captadas por Arreola y profundamente estudiadas por García Meza.

La feria. Memoria antigua y fiesta, de Norma Esther García Meza, es de la colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 292 páginas. Se puede adquirir en la Editorial de la UV, Hidalgo 9, Zona centro, Xalapa, Veracruz.