Mediante un mensaje en su perfil de Facebook, María del Rocío Landa dio a conocer que el pasado sábado 13 de julio falleció el pintor veracruzano José Anaya Medina, a la edad de 56 años.
Pepe Anaya, como era mayormente conocido, sobresalió como artista plástico, pero también como amante de las palabras y la poesía. Generoso, humilde, alejado de los reflectores del medio artístico, se trazó un camino por la pintura libre de ataduras de las instituciones. Su obra fue valorada mayormente en Europa y Estados Unidos.
En Xalapa, una de sus últimas exposiciones fue en la Galería AP, donde mostró una serie en la cual quedó manifiesto su amor a tres de los cuatro elementos de la naturaleza: el fuego, el agua y la tierra.
Anaya, quien se decantó por el arte abstracto, asombraba por su técnica, pero también por el uso de paletas de colores contrastantes. Y es que algunas de sus series eran de colores cálidos y terrosos, y otras de colores vivos, impactantes.
En renovación constante, por su afecto a la arquitectura, recurría a las líneas y la geometría, pero en otras obras apostaba por el movimiento o la suspensión.
José Anaya, originario de Xalapa, vivió en diferentes ciudades de México y uno de sus mayores placeres fue el viaje. En búsqueda de conocer nuevos sitios, personas, perspectivas, religiones, estuvo en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Bulgaria, por mencionar algunos de los lugares.
En entrevista para Diario de Xalapa en 2014, declaró: “No hay nada más hermoso que disfrutar el viaje de la vida y descubrir que el arte es la máxima expresión de la espiritualidad humana”.