Del escudo nacional a los hongos comestibles

La escultura muestra a un águila con las alas extendidas devorando una serpiente, la realidad del acontecimiento y nuestro escudo quedará a la interpretación

Alberto Calderón P.

  · lunes 1 de abril de 2019

Reunidos una gran cantidad de cronistas, y narradores iniciaron los trabajos del segundo día de actividades en el Museo de la Historia Antigua de Gutiérrez Zamora, es difícil captar la información de todos los participantes que tienen quince minutos para exponer lo más destacado de sus comunidades, se van acumulando las informaciones vertidas, uno va recordando las participaciones como la que habla de los aportes de la familia formada por Anastacio y Anita, progenitores de una numerosa y productiva descendencia en la región y uno de los fundadores de Álamo, Veracruz.

Él trasladaba productos por caminos sinuosos y veredas para llevar mercancías de la capital del país hacia la zona, se les conocía como “varieros”, una verdadera hazaña su actividad, en una de sus travesías conoce a la mujer que a la postre sería su esposa, la joven Anita, con la que procreó once hijos, se instaló en el caserío como comerciante de frutas cristalizadas, tuvo una cafetería que atendía las 24 horas. Sus hijos fueron forjadores del progreso de Álamo.

El águila devorando una serpiente parada sobre un nopal en el lago de Texcoco, se hizo presente dentro de las crónicas veracruzanas, José Primo, de Papantla, mencionó que la imagen con que cuenta nuestro escudo nacional tiene muchas interpretaciones sobre su origen, mientras unos historiadores mencionan que el águila era la reencarnación de Huitzilopochtli, Hernando de Alvarado cuenta que hallaron en una piedra un tunal, encima de éste se encontraba un águila comiendo y despedazando una culebra; también el fraile dominico Diego Durán lo interpretó a su manera, que si había serpiente o no, si era otra ave, también se dijo que en el Códice Mendocino que mandó a hacer el Virrey Antonio de Mendoza está el águila parada sobre un tunal, pero no hay serpiente; finalmente la única representación clara es la palma basáltica, que se encuentra en el Museo de Antropología de Xalapa, de 20 cm y con una antigüedad de 600 a 900 años después de la era cristiana, encontrada en las márgenes del río Nautla cerca de San Rafael, Veracruz. La escultura muestra a un águila con las alas extendidas devorando una serpiente, la realidad del acontecimiento y nuestro escudo quedará a la interpretación.

Pero también se habló de los hongos comestibles en el ejido Tepozteco y Villa Aldama, Su cronista nos enriqueció con una amplia explicación sobre las variedades, ilustrando con imágenes para darle riqueza a lo expuesto, la explicación fue tan amena, acompañada de recetas de la región que se antojaban cuando exponía la riqueza culinaria a base de hongos, típica de la zona. Las exposiciones fueron abundantes, esto es sólo una pequeña muestra de los trabajos presentados. Estuvo presente por la tarde el director de la Facultad de Historia de la Universidad Veracruzana Raúl Romero Ramírez, a quien se le otorgó la medalla Francisco Javier Clavijero por la vinculación entre la institución y los cronistas y narradores del estado.

Xalapa2000@hotmail.com