Con el entierro del bolim (zacahuil), el próximo 18 de febrero la localidad de San Francisco, Chontla, iniciará uno de los carnavales de origen prehispánico más antiguos del estado de Veracruz.
El Carnaval Tének, explica en entrevista el promotor cultural Narciso de la Cruz, se mantiene vigente por los pueblos originarios, gente que muestra gratitud a la madre tierra, así como respeto al agua y a la montaña. En 2023, los festejos serán los días 18 y 19 de febrero con la participación de danzantes, músicos tradicionales y un pueblo que quiere dar a conocer sus festividades de origen prehispánico.
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De acuerdo con la explicación de Narciso de la Cruz, este carnaval se efectúa entre febrero y marzo, y toma en cuenta el calendario litúrgico religioso, de tal manera que las fechas fuertes son una semana antes del miércoles de ceniza.
¿Cómo se hace el Carnaval Tének en Chontla?
En la pequeña comunidad, todos los pobladores dedican un día para la organización de las fiestas y afinar detalles para la elaboración del zacahuil, variante de los tamales, considerada entre las más grandes del país.
En medio de un ritual, el zacahuil es enterrado mientras suenan los sones huastecos y los bailarines ejecutan la danza de Los Mecos; el tamal es sacado hasta el día siguiente.
Los mecos tienen una gran importancia, dice Narciso de la Cruz, porque son ellos los encargados de iniciar los rituales con el toque de un cuerno, señal de que la celebración en agradecimiento a la madre tierra y la petición por un buen ciclo agrícola han iniciado.
Según la creencia, los danzantes utilizan lodo para tener la fuerza suficiente para bailar y también para sanar los dolores y enfermedades. La ceremonia concluye con un ritual de purificación dirigido por los curanderos.
Con el fin de que más personas conozcan este carnaval, está abierta la invitación para acudir al norte del estado, donde, explican los organizadores, hay una rica gastronomía.
Además del zacahuil hay bocololes, camotes, pan cocido en horno de leña y una gran variedad de dulces cuya base son las frutas de la región. Otros productos que se pueden hallar son los alfajores, atole de frijol, barbacoa, quesos y totopos.
Quien visite Chontla tendrá también un acercamiento a los preservadores de las lenguas indígenas del tének y el náhuatl. Chontla, que significa “Mujer de Cabellera larga”, está ubicado en la sierra de Otontepec, en el norte de Veracruz, dentro de la región Huasteca Baja.
¿Por qué se pierde la danza tradicional en Chontla?
La tecnología y la migración en búsqueda de mejores condiciones de vida impacta en la preservación de danzas ancestrales de San Francisco, Chontla, donde la gran mayoría de los bailarines son adultos, coinciden integrantes de cuadrillas del norte de Veracruz.
En San Francisco, pequeña localidad que no alcanza los 2 mil habitantes, las personas mayores dicen hacer un esfuerzo por salvaguardar tres danzas rituales ligadas a la naturaleza, la agricultura y su fe religiosa.
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En visita a Xalapa, mencionan que ante el desinterés de algunas niñas y niños, así como jóvenes, la población y las autoridades locales trabajan para contagiar a las nuevas generaciones del amor a sus raíces.
¿Cuáles son las danzas tradicionales de Chontla?
La danza de Los Mecos, la de Los Comanches y la de gratitud a Santa María de Guadalupe, en la que solo participan mujeres, son las tres herencias culturales que les han dejado sus ancestros y buscan darles difusión.
Entre quienes apenas se suman a esta misión está Paulina del Ángel de la Cruz, quien a sus 57 años decidió integrarse al grupo de 16 mujeres que con vestido banco bordado a mano danzan al ritmo de sones huastecos.
Santos Santiago Apolinar, con el cuerpo “pintado” con lodo amarillo y círculos negros con tizne, ha bailado desde los 12 años la danza de Los Mecos. Durante 48 años se ha unido a los contingentes o cuadrillas, donde los asistentes se integran con un elemento infaltable, una corona de bejucos.
Los Mecos también portan un bastón adornado con flores naturales y su presencia es importante en rituales y en el carnaval tének. Actualmente hay tres grupos de 10 danzantes, quienes recorren las calles y hacen visitas en las casas. Igual que en la danza de mujeres, su ritmo es el son huasteco.
Aristeo Reyes del Ángel es danzante Comanche y músico. Orgulloso, el hombre de 63 años habla del traje que porta, compuesto por un sombrero de pico adornado con papel china multicolor, una máscara, un vestido rojo con adornos elaborados con plástico picado, medias rojas y cascabeles.
Para Aristeo, ser Comanche es una muestra de gratitud a la vida, a la tierra que lo vio nacer. Aunque acepta la importancia de mantener vivas las danzas, expresa que también se debe entender que por necesidad, muchas personas salen de San Francisco para estudiar o buscar un trabajo.
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“Danzar tiene que ver con voluntad. A nadie se le puede obligar. Lo que nosotros hacemos es bailar para que si alguien más se anima, se junte al grupo y a la fiesta, porque las danzas son alegría”.
El también violinista destaca la música de los sones de carnaval y convoca a conocer estas fiestas los próximos 18 y 19 de febrero, en la sierra de Otontepec.