En la avenida Xalapa casi esquina con Ávila Camacho, la capital del estado de Veracruz tiene uno de sus patrimonios históricos y arquitectónicos más importantes. Se trata del edificio de Economía, Informática y Estadística de la Universidad Veracruzana (UV), que inicialmente fue edificado como parte de un proyecto de nación integral.
La arquitecta Polimnia Zacarías Sacristán, investigadora de la UV, destaca a este edificio por sus características del Neocolonial, considerada por algunos estudiosos como la gran corriente ornamental del siglo XX y como una arquitectura que buscaba algo propio, algo nacionalista.
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Según lo dicho por la investigadora, con la edificación que data de 1935 “lo que se buscaba era un cambio cultural, una estrategia para transformar al país y toda la arquitectura escolar de ese periodo”.
Y es que antes de ser instalaciones de la Universidad, fueron la sede de la antigua Escuela Normal Veracruzana; el proyecto era tan grande que el predio abarcaba el hoy Fraccionamiento Veracruz y la primaria Carlos A. Carrillo, por mencionar algunos espacios de referencia.
La facultad fue considerada como un espacio futurista
La arquitecta detalla que la hoy unidad de Economía fue proyectada en su origen como un centro donde el profesor iba a ser el ente transformador del país, y los próceres del futuro debían ser formados en el espacio idóneo para el área productiva, educativa, artística, deportiva, etc.
Este inmueble, anota, es un testimonio de que desde la década de los 30, en Xalapa hubo un plan maestro que finalmente no se concretó como se deseaba, pero se pensaba mantener en funcionamiento distintas áreas deportivas, un teatro al aire libre, una alberca, talleres productivos, laboratorios e internado.
Punto importante fue la creación de 12 murales con el fin de esculpir un nuevo personaje porque el profesor era el instrumento del cambio en el país (los murales después fueron pintados con cal y hoy se pueden apreciar nuevamente).
Las obras artísticas tenían como fin consolidar los sentimientos colectivos y los valores éticos y sociales de los futuros maestros. José Chávez Morado, Francisco A. Gutiérrez y Feliciano fueron los autores. Eran conocidos por formar parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios.
“Era una muestra de la confianza en el poder catártico y transformador del arte, base del proyecto educativo vasconceliano”, expresa la investigadora.
El Artículo 3º de la Constitución indicaba entonces que la educación impartida por el Estado tenía que ser Socialista y además de excluir toda doctrina religiosa, combatiría el fanatismo y los prejuicios.
Además, la escuela organizaría sus enseñanzas y actividades de tal manera que permitieran crear en la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social.
Había una política pública, comenta Polimnia Zacarías: “Un proyecto de país y una arquitectura que emerge con la intención de transformar. Irrumpe en un paisaje de lo que eran las afueras de la ciudad -Ejido Molinos de San Roque- para poder llevar a cabo todas las actividades”.
El proyecto ideológico tuvo corta duración. Para 1941 se clausura el internado con la implementación de un sistema educativo distinto. A la llegada de un nuevo gobernador, más de la mitad del terreno pasa a una empresa fraccionadora y surge el Fraccionamiento Veracruz.
En 1944, pierde una fracción más para dar paso a la avenida Ávila Camacho y, en la década de los 50, se dona una fracción del terreno para edificar la escuela primaria Carlos A. Carrillo; en 1966 se adapta como Villa Olímpica y para 1967 el espacio es cedido a la Universidad Veracruzana.
Actualmente conserva el concepto espacial de la Colonia, con patios interiores y un segundo piso, donde antes estaba la sala de enfermos.
Los datos compartidos forman parte del ciclo de conferencias 2024 para la difusión de los resultados de investigaciones realizadas en los años sabáticos de las personas integrantes del cuerpo académico “Entornos Sustentables-UV”.
Polimnia Zacarías Sacristán apunta que también investiga el Mercado Alcalde y García (1943) y la Casa del Campesino (1940), pero esas son otras historias.