Xalapa, Ver.- "Por su valiosa aportación al cine mexicano durante su prolífica trayectoria como director, catedrático y conferencista", el multipremiado realizador Felipe Cazals fue homenajeado en Xalapa, en la inauguración del primer Coloquio de Cine Mexicano 2020. Pasado, presente y futuro.
En la breve ceremonia, a nombre del Instituto Veracruzano de Cultura, Sergio Rosete destacó que la mirada de Cazals "ha permitido ver reflejada la vastedad de nuestra propia humanidad, abriendo brechas de reflexión y diálogo".
Tras un video retrospectivo, la entrega de un reconocimiento, el aplauso del público y la proyección de la película El Apando, el cineasta compartió algunas anécdotas de cómo se gestó la idea de filmar la novela de José Revueltas, escrita por el autor durante su estancia en la prisión de Lecumberri.
El ganador de siete premios Ariel y distinciones nacionales e internacionales expresó que el cine sirve para muchas cosas, pero a él le tocó ser testigo de que sirvió "para vaciar una cárcel que durante 100 años fue el horror para el país". Y es que explicó que luego de haber presentado su película en Los Pinos, con la exposición de lo que sucedía en el sistema penitenciario, se agilizó el estreno de otras instalaciones para los reos —actualmente en este lugar funciona el Archivo General de la Nación—.
En ese sentido, declaró que el filme, adaptación a El Apando realizada por él y el literato José Agustín, marcó un antes y un después en el cine.
La generación de cineastas de 1970 ya tenía un espíritu crítico. Lo que hicimos fue mostrar que el sistema carcelario no salva a nadie, al contrario, empobrece, envilece y el resultado es la creación de una sociedad paralela donde a la amenaza, la corrupción, el terror y la droga nadie escapa
Evocó que antes de este trabajo audiovisual sobre la privación de la libertad, lo que se veía era a Pedro Infante con su traje de rayas o a Tin Tan haciendo guasas. Aclaró que no estaba ni está en contra de esa manera de hacer cine, pero sí fue del grupo de cineastas que vio como una exigencia proponer otras temáticas y narrativas distintas, ante un cine ya gastado para México y Latinoamérica.
Con respecto a la recepción que El Apando tuvo por las audiencias, rememoró que en el estreno permaneció 18 semanas en cinco salas, y en 1985 y 1994 tuvo reestrenos, pese a ello, lamentó que no se haya podido hacer aún una reestructuración del negativo.
Emocionado ante un público mayoritariamente formado por estudiantes y jóvenes realizadores, Felipe Cazals les dijo que siempre hay manera de hacer mejor las cosas: "ese es el compromiso", enfatizó.
El Coloquio continuará hoy y mañana con talleres, mesas de diálogo y proyecciones, "actividades que permiten al público de Xalapa conocer lo más actual de directores mexicanos, al tiempo de estimular un diálogo cercano entre espectador-realizador", manifestó Gustavo Vega, director de Ágora de la Ciudad y coordinador del encuentro que se efectúa con invitados especiales y acceso gratuito.