El veracruzano Omar Urbano, creador de mundos fantásticos

El ilustrador ha logrado reconocimiento por su talento, creatividad y trabajo constante

Maribel Sánchez

  · jueves 23 de abril de 2020

Omar, artista originario de Dos Amates, comunidad de Catemaco, Veracruz/Foto: Cortesía/@omarurbano

"Nunca imaginé que hacer un libro requiriera invertir tanto tiempo, cuidado y una gran diversidad de conocimientos. Cuando yo empecé a participar me quedé muy sorprendido porque en este proceso hay un aprendizaje constante", declaró en entrevista Omar Urbano, pintor e ilustrador veracruzano cuyo trabajo se puede ver en publicaciones de Ediciones El Naranjo, Porrúa, Nave de Papel, Fondo Editorial Tierra Adentro y Juglaría, circo y narración, entre otros sellos editoriales.

En el marco del Día Internacional del Libro, Omar Urbano rememora fragmentos de su infancia y juventud, y cómo ha logrado vivir de lo que le gusta hacer: ilustrar cuentos, dibujar, pintar, crear personajes, colaborar en revistas y crear carteles para distintas ferias de libros.

Aunque ahora vive un proceso de exploración en el muralismo, afirma que los libros son un parteaguas en su trayectoria como artista, "porque los buenos editores saben guiar, dan ideas y potencian las habilidades de los demás".

Foto: Cortesía/Omar Urbano

La de Omar Urbano y su huella en el arte y en el panorama editorial mexicano tiene unos orígenes insospechados. Nativo de Dos Amates, pequeña comunidad del municipio de Catemaco, Veracruz, su niñez transcurrió entre el juego, el afecto a sus familiares y la flora y la fauna exuberantes. En la adolescencia radicó en San Andrés Tuxtla y después se mudó al puerto de Veracruz, donde estudió Administración.

"Fue hasta los 22 años que me llegó un momento de madurez. Estaba cómodo en Administración pero tenía la inquietud del arte. Me inscribí a un curso de figura humana y decidí que tenía que cambiar de vida. A la pintura y la ilustración era a lo que me quería dedicar, pero interrumpí el proceso por otros cinco años... La verdad es que jamás lo habría pensado porque no tengo familiares artistas y en la comunidad en la que nací no había tampoco nada relacionado. Creo que lo más cercano que tuve al arte fueron los paisajes que venían en las cajitas de cerillos. Yo las recortaba y guardaba porque me gustaban mucho".

Hoy, cuando tiene 35 años de edad, ha logrado un reconocimiento por su creatividad y talento. Es creador de mundos fantásticos en los que es evidente su afecto al color, los paisajes, a los personajes femeninos y a los animales, especialmente a los perros y a los gatos, a los que ve como seres místicos.

Foto: Cortesía/Omar Urbano

Por su disciplina, entrega y trabajo constantes, acumula una serie de logros, como una beca para desarrollar un proyecto de pintura y el haber sido seleccionado en el XXIII Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles del Conaculta en 2013, así como en la Bienal de Arte de Veracruz 2016, ya como creador con trayectoria.

Busco ser lo más honesto que puedo. No me gusta repetir fórmulas de éxito y sí, todos esperamos que nuestra obra se venda, pero por lo menos en mi caso lo que busco es hacer siempre algo nuevo. No porque ya funcionó lo repito. Además, sé que me falta muchísimo, entonces continúo aprendiendo cada día.


Sin descuidar los encargos, Omar está enfocado últimamente en los murales: "En Veracruz ya hay varios murales míos y estoy por iniciar el boceto de uno que pintaré en la huasteca poblana. También tengo pendiente otro en un centro cultural de Puebla y ahora mismo imparto un taller de ilustración por medio de Internet. Entre mis planes está concluir una serie de pintura experimental sobre el tiempo y las espirales, que espero exponer en 2021", adelantó.

Aunque no vive con lujos, Omar afirma que sí vive del arte. Aquel niño que recortaba los paisajes de las cajas de cerillos en un pueblito que no llega ni a los mil habitantes hoy, ya adulto, asegura con alegría que "podría pintar todo el tiempo"… Él acumula satisfacciones al ilustrar un libro, pintar sobre una hoja tamaño carta o descubrir la inmensidad de unas paredes que le esperan para ser intervenidas.

Foto: Cortesía/Omar Urbano