/ miércoles 25 de julio de 2018

En México nos hace falta trabajar en equipo: clarinetista mexicano

En la Orquesta de Filadelfia, una de las agrupaciones más importantes del mundo, Sócrates Villegas fue nombrado el segundo clarinete

Tras un proceso de audiciones de alto nivel, el instrumentista mexicano Sócrates Villegas, a los 34 años de edad, fue nombrado en 2017 segundo clarinete de la Orquesta de Filadelfia, considerada una de las agrupaciones más importantes del mundo.

Ocupar un puesto así le ha exigido tiempo, esfuerzo y estudio, pero convencido de la importancia que tiene ayudar a quienes persiguen los mismos sueños que él, en uno de sus descansos viajó a Xalapa para ofrecer sesiones gratuitas a jóvenes veracruzanos. La misión: compartir algunas estrategias para hacer más disfrutable su tiempo de preparación y decirles que sí es posible alcanzar lo que uno se propone.

En la Galería de Arte Contemporáneo, quien ha ganado innumerables premios y reconocimientos concedió la siguiente entrevista a Diario de Xalapa.

-Sócrates, me comentan que estás de vacaciones. ¿Qué haces en Xalapa en lugar de estar descansando en tu lugar de origen (Edomex)?

Sí, estoy de vacaciones, pero vengo de dar un curso en Australia y ahora estoy con chicos veracruzanos porque para mí es importante la retribución.

Estoy convencido de que si los maestros profesionales ponemos un granito de arena, podemos hacer una gran cadena para ayudar a los que vienen, a los que persiguen lo mismo que nosotros.

Quiero compartir lo que estoy viviendo. Quiero hacerle saber a los chavos que sí se puede y que si siguen trabajando e invirtiendo tiempo y esfuerzo, van a tener resultados y van a poder sobresalir. No son cuentos. Es una realidad.

-Impartes el curso “Los retos diarios del clarinetistas”. ¿Cuáles son y qué enseñanza quieres dejar?

Los retos son muchos, pero mencionaré el del tiempo que se invierte, que va desde las dos hasta las ocho horas diarias. En este aspecto, quiero compartirle a los chicos que se acerquen al clarinete de una forma más natural, más amena, sin ese autoflagelo de decir “tengo que estudiar tanto tiempo”.

Hay que buscar formas más cómodas de acercarse al instrumento, además de estar contento al final de la sesión. Lo importante es enfocarse, hacer un plan, una rutina, pero que eso no signifique que sea aburrida. Es necesario abordar aspectos que permitan un autoconocimiento y, por ende, un desarrollo mejor en el instrumento.

-Con respecto a la formación profesional en el área musical, ¿cómo ves lo que México ofrece a nivel posgrado? Lo menciono porque tuviste que emigrar para hacer tu maestría.

Estuve en Francia para cubrir mi necesidad de aprender en la meca del clarinete, donde se empezaron a hacer los métodos y donde tuvo su desarrollo este instrumento, además de que en los concursos, los franceses siempre están en los primeros puestos. Después me fui a Estados Unidos donde aprendí mucho del repertorio orquestal. Son especialistas en cómo acercarse y trabajar en equipo, algo que en nuestro país nos hace falta…

Y bueno, salí porque en México se requiere todavía trabajar en lograr un mejor nivel, en una mejor preparación. Cada vez hay más jóvenes que están saliendo al extranjero, a Francia, a Alemania, Polonia, a Estados Unidos… Todavía falta un escaloncito para llegar a una élite mundial, pero cada vez estamos más cerca.

-¿Cómo es el trabajo de un músico en otros países? ¿Y las audiciones?

Las audiciones regularmente son detrás de una cortina. Nadie sabe quién está tocando y el jurado sólo se basa en lo que está escuchando.

En cuanto al trabajo, toqué en la Filarmónica de la UNAM y la Filarmónica de Jalisco y el nivel de exigencia en México es menor, es más tranquilo y hay menos conciertos. En Filadelfia tenemos de tres a cuatro conciertos a la semana. Cuando llegué fue una gran sorpresa.

En los primeros meses, el nivel de exigencia y trabajo era tan alto, que debí aprender a estar al cien por ciento siempre. Y es lo que deseo aportar a los jóvenes, hagámoslo, pero de una forma que nos guste y que nos ayude a desarrollarnos mejor y a conocer nuestras necesidades individuales.

-Háblame por favor de los públicos ¿Qué crees que hace falta para acercar nuevos públicos a la música de concierto?

Primero el apoyo del Estado a la cultura, porque cada sexenio se recorta presupuesto. Si hay oferta también habrá demanda, porque entre más cerca estás del arte, más quieres disfrutarlo, pero si no hay nada, no existe manera de que alguien se sienta atraído o de que se pueda cambiar vidas, como la música lo hizo conmigo.

-¿Por qué es significativa la incorporación del arte al programa educativo?

Porque el arte te abre otra dimensión, te conoces mejor y eres más sensible a tu entorno. También, invertir más horas de estudio te hace consciente de lo importante que es el conocimiento. Por otra parte, quiero destacar el trabajo colectivo, porque de verdad que te abre muchas puertas.

-Sócrates, agradezco tu tiempo. ¿Algo que quieras agregar?

Sí, invitar a los papás de los niños a que los lleven a las galerías, a los ciclos de cine, a conciertos, a lecturas… Veo que en Xalapa hay muchas actividades gratuitas. Hay que aprovechar. Por supuesto, los adolescentes y jóvenes que ya pueden salir solos, que lo hagan un hábito. Pueden ir con sus amigos, con el novio o la novia.



Tras un proceso de audiciones de alto nivel, el instrumentista mexicano Sócrates Villegas, a los 34 años de edad, fue nombrado en 2017 segundo clarinete de la Orquesta de Filadelfia, considerada una de las agrupaciones más importantes del mundo.

Ocupar un puesto así le ha exigido tiempo, esfuerzo y estudio, pero convencido de la importancia que tiene ayudar a quienes persiguen los mismos sueños que él, en uno de sus descansos viajó a Xalapa para ofrecer sesiones gratuitas a jóvenes veracruzanos. La misión: compartir algunas estrategias para hacer más disfrutable su tiempo de preparación y decirles que sí es posible alcanzar lo que uno se propone.

En la Galería de Arte Contemporáneo, quien ha ganado innumerables premios y reconocimientos concedió la siguiente entrevista a Diario de Xalapa.

-Sócrates, me comentan que estás de vacaciones. ¿Qué haces en Xalapa en lugar de estar descansando en tu lugar de origen (Edomex)?

Sí, estoy de vacaciones, pero vengo de dar un curso en Australia y ahora estoy con chicos veracruzanos porque para mí es importante la retribución.

Estoy convencido de que si los maestros profesionales ponemos un granito de arena, podemos hacer una gran cadena para ayudar a los que vienen, a los que persiguen lo mismo que nosotros.

Quiero compartir lo que estoy viviendo. Quiero hacerle saber a los chavos que sí se puede y que si siguen trabajando e invirtiendo tiempo y esfuerzo, van a tener resultados y van a poder sobresalir. No son cuentos. Es una realidad.

-Impartes el curso “Los retos diarios del clarinetistas”. ¿Cuáles son y qué enseñanza quieres dejar?

Los retos son muchos, pero mencionaré el del tiempo que se invierte, que va desde las dos hasta las ocho horas diarias. En este aspecto, quiero compartirle a los chicos que se acerquen al clarinete de una forma más natural, más amena, sin ese autoflagelo de decir “tengo que estudiar tanto tiempo”.

Hay que buscar formas más cómodas de acercarse al instrumento, además de estar contento al final de la sesión. Lo importante es enfocarse, hacer un plan, una rutina, pero que eso no signifique que sea aburrida. Es necesario abordar aspectos que permitan un autoconocimiento y, por ende, un desarrollo mejor en el instrumento.

-Con respecto a la formación profesional en el área musical, ¿cómo ves lo que México ofrece a nivel posgrado? Lo menciono porque tuviste que emigrar para hacer tu maestría.

Estuve en Francia para cubrir mi necesidad de aprender en la meca del clarinete, donde se empezaron a hacer los métodos y donde tuvo su desarrollo este instrumento, además de que en los concursos, los franceses siempre están en los primeros puestos. Después me fui a Estados Unidos donde aprendí mucho del repertorio orquestal. Son especialistas en cómo acercarse y trabajar en equipo, algo que en nuestro país nos hace falta…

Y bueno, salí porque en México se requiere todavía trabajar en lograr un mejor nivel, en una mejor preparación. Cada vez hay más jóvenes que están saliendo al extranjero, a Francia, a Alemania, Polonia, a Estados Unidos… Todavía falta un escaloncito para llegar a una élite mundial, pero cada vez estamos más cerca.

-¿Cómo es el trabajo de un músico en otros países? ¿Y las audiciones?

Las audiciones regularmente son detrás de una cortina. Nadie sabe quién está tocando y el jurado sólo se basa en lo que está escuchando.

En cuanto al trabajo, toqué en la Filarmónica de la UNAM y la Filarmónica de Jalisco y el nivel de exigencia en México es menor, es más tranquilo y hay menos conciertos. En Filadelfia tenemos de tres a cuatro conciertos a la semana. Cuando llegué fue una gran sorpresa.

En los primeros meses, el nivel de exigencia y trabajo era tan alto, que debí aprender a estar al cien por ciento siempre. Y es lo que deseo aportar a los jóvenes, hagámoslo, pero de una forma que nos guste y que nos ayude a desarrollarnos mejor y a conocer nuestras necesidades individuales.

-Háblame por favor de los públicos ¿Qué crees que hace falta para acercar nuevos públicos a la música de concierto?

Primero el apoyo del Estado a la cultura, porque cada sexenio se recorta presupuesto. Si hay oferta también habrá demanda, porque entre más cerca estás del arte, más quieres disfrutarlo, pero si no hay nada, no existe manera de que alguien se sienta atraído o de que se pueda cambiar vidas, como la música lo hizo conmigo.

-¿Por qué es significativa la incorporación del arte al programa educativo?

Porque el arte te abre otra dimensión, te conoces mejor y eres más sensible a tu entorno. También, invertir más horas de estudio te hace consciente de lo importante que es el conocimiento. Por otra parte, quiero destacar el trabajo colectivo, porque de verdad que te abre muchas puertas.

-Sócrates, agradezco tu tiempo. ¿Algo que quieras agregar?

Sí, invitar a los papás de los niños a que los lleven a las galerías, a los ciclos de cine, a conciertos, a lecturas… Veo que en Xalapa hay muchas actividades gratuitas. Hay que aprovechar. Por supuesto, los adolescentes y jóvenes que ya pueden salir solos, que lo hagan un hábito. Pueden ir con sus amigos, con el novio o la novia.



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