/ domingo 7 de julio de 2024

Escritor xalapeño obtiene el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria 2024

Carlos Manuel Cruz Meza nació en Xalapa, Veracruz, cursó estudios profesionales de Letras Españolas en la Universidad Veracruzana y de Criminología y Criminalística en el CLEU

El destacado escritor xalapeño Carlos Manuel Cruz Meza ha sido galardonado con el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor 2024, otorgado por la Secretaría de Cultura de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), por su obra “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad”.

La obra del escritor, periodista y criminólogo Carlos Manuel Cruz Meza fue seleccionada por un jurado compuesto por la escritora y doctora en Literatura Latinoamericana Christina Soto van der Plas, el ensayista y traductor Diego Olavarría, y el narrador Miguel Ángel Hernández.

El jurado destacó que “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad” retrata con crudeza y solvencia narrativa el camino hacia la ceguera de su autor. Además, la obra permite al lector experimentar el tránsito de quienes viven con esta condición, a través de un lenguaje que muestra cómo el resto de los sentidos van cobrando importancia para relacionarse con el mundo.

A continuación, una entrevista con el reconocido escritor Carlos Manuel Cruz Meza sobre el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor y su libro “Ensayo para mi ceguera”:

¿Cuál fue su sentir al recibir la notificación de que “Ensayo para mi ceguera” fue la obra galardonada?

Mi reacción fue de gran alegría al recibir la llamada de la doctora Lucina Jiménez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal). Ya habíamos tenido contacto hace unos años, cuando tuve la fortuna de obtener el Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández 2019. En esta ocasión, platicamos sobre el premio, el libro y lo que esto significa para mí como escritor. “Ensayo para mi ceguera” es una crónica biográfica con una carga emocional muy profunda para mí y conversamos sobre ello.

¿Qué representa este premio en su carrera literaria?

Este es mi quinto premio literario nacional y el segundo que me concede el Inbal. Siempre he pensado que los premios son un gran aliciente para los que, como yo, nos dedicamos a la escritura. A mí me gusta que mi obra sea reconocida por mis pares, ya que los jurados son otros escritores que seleccionan una obra presentada bajo pseudónimo. Me brinda una gran satisfacción que algo escrito por mí tenga este reconocimiento, pues se trata de un galardón muy importante, concedido por una institución dedicada a la cultura a nivel nacional. Constituye un honor recibirlo, amén de que lleva el nombre de un gran periodista, cronista y luchador social como lo fue Carlos Montemayor.

Actualmente, también espero los resultados en octubre de las becas del Sistema Nacional de Creadores de Arte, ya que solicité este apoyo. Lo he pedido ya siete ocasiones seguidas, pero no he tenido la fortuna de obtenerlo. Ojalá este año, con dieciocho libros publicados (tres de ellos en el extranjero); colaboraciones en un sinnúmero de periódicos y revistas, de México y el extranjero; y cinco premios literarios nacionales, dos de ellos otorgados por el Inbal, los jurados tengan a bien otorgar a mi proyecto el estímulo del SNCA.

¿El título del libro es un guiño a “Ensayo sobre la ceguera”, de José Saramago?

Por supuesto. Leí hace muchos años la novela de Saramago y me gustó mucho. Cuando escribí esta crónica, tenía en la mente ese título de forma constante, pero necesitaba apropiármelo, darle un nuevo significado. Al modificarlo y adaptarlo, todo se convirtió en un juego literario: un guiño, un homenaje, una declaración, una forma de condensar el sentido de esta obra. Es un ensayo en el sentido del género literario que busca reflexionar sobre un tema determinado, pero también una referencia a la preparación que antecede a un evento importante. Diserto y medito sobre la posibilidad de mi ceguera, pero también me preparo por si llegara a ella.

Carlos Manuel Cruz Meza nació en Xalapa, Veracruz, cursó estudios profesionales de Letras Españolas en la Universidad Veracruzana | Foto: Cortesía | Carlos Manuel Cruz Meza

¿Por qué define esta transición como “un descenso hacia la oscuridad”?

Es una frase que implica dos sentidos simbólicos. El primero y más obvio, la pérdida de la visión que implica adentrarse, literalmente y a nivel físico, en la oscuridad de la invidencia. El segundo, simbólico, las emociones oscuras que implica la pérdida de la visión, sea parcial o total, y que se asocian a la tristeza, la desesperanza. Un maelstrom anímico, que engulle todo lo positivo y sólo ofrece desesperación.

¿Cómo fue el proceso de escritura y cuánto duró?

Cuando en 2022 perdí la visión del ojo izquierdo, tras disminuir paulatinamente la del derecho, inició el proceso mental de la reflexión. Poco a poco fue tomando forma. Escribir este libro duró varios meses, pues buscaba ofrecer un panorama amplio sobre la relación entre la ceguera, mis recuerdos personales, el arte, la historia, el lenguaje. Quería que todo se integrara de manera armoniosa, que fuera una exploración donde la invidencia se convirtiera en el leitmotiv, el sustento, la recurrencia del libro. Cuando lo iba realizando, me sorprendió darme cuenta de que los problemas visuales eran parte medular de mi biografía y la de mi familia, mis amigos, mis amores, mis maestros, mis mascotas, en fin: de la experiencia y el imaginario de todo mi entorno.

De acuerdo con el jurado, la obra no sólo describe las angustias y los dolores físicos y emocionales del camino hacia la ceguera, sino que supone un réquiem memorístico por todo lo que se vio y no se verá más.

¿Cómo describiría este viaje? ¿Cómo vivió y cómo vive esta transición?

Siendo una crónica sobre eventos personales, busqué en mi biografía aquellos pasajes que, además de estar vinculados con la temática central, pudieran ser significativos para quienes leyeran esas páginas. Hay una frase muy manida: desde que nacemos, comenzamos a morir. Yo creo que también comenzamos a perder la vista. A nivel físico, la visión se va deteriorando de manera gradual, a veces natural y a veces patológicamente. La vida es, en gran medida, lo que miramos o lo que no podemos mirar. También aquello que no volveremos a observar: el rostro de un ser amado, un paisaje, ciertos objetos perdidos, nuestro antiguo rostro en el espejo. La invidencia implica, además, la imposibilidad física de contemplar aquello que podríamos haber visto otra vez.

El jurado destacó que “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad” retrata con crudeza y solvencia narrativa el camino hacia la ceguera de su autor | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

Es un viaje solitario y casi siempre triste, que no debe romantizarse. La disminución de la capacidad visual no nos convierte en mejores personas, ni es algo que nos haga “especiales”; al contrario, en muchos casos nos cambia para mal. Es una invalidez, una desventaja y una pérdida que se lamenta. Por supuesto, hay que enfrentarla, adaptarse, sobreponerse, pero nunca pensar que hay en ello algo positivo. Un gran problema de nuestra época es la obsesión por idealizar o normalizar lo patológico, teñir a las enfermedades o a las discapacidades de un aura de supuesta bendición, que de ninguna manera poseen.

¿Por qué eligió la crónica como el género ideal para expresar y explicar este proceso?

Algunos de los escritores que más admiro y disfruto leer son cronistas. En mi caso, he cultivado varios géneros literarios durante mi carrera como escritor: novela, poesía, ensayo, dramaturgia. Pero los géneros periodísticos son los que constituyen la mejor forma de acercarse a ciertos temas. Entre ellos, la crónica me parece una poderosa manera de contar eventos reales utilizando los recursos de la narrativa, el ensayo o incluso la poesía. Desde hace unos años, me he dedicado a escribir libros de crónica, como la "Historia de la Muerte en México", un libro que Sképsi publicó este año en Colombia, y está a caballo entre la crónica y el ensayo. O la novela de terror "Crónicas de la Gran Oscuridad", recién aparecida en México bajo el sello de Universo de Libros, que está escrita con los recursos estilísticos de ese género periodístico.

Usted como artista, no sólo de la literatura, sino como fotógrafo, productor de cine y discos, diseñador gráfico y criminólogo.

¿Cómo percibe actualmente la literatura, la música, la fotografía y el arte en general?

Considero que, como en casi cualquier época, hay creadores muy importantes, con propuestas frescas e innovadoras, que sin duda dejarán huella gracias a su obra; hablo de escritores, cineastas, músicos, fotógrafos, pintores, dramaturgos, diseñadores gráficos, actores. En contraste, también nos enfrentamos a la pauperización artística, motivada en gran medida por el desdén de ciertos sectores hacia todo lo que implique un esfuerzo intelectual.

Se considera que no vale la pena leer cuando hay “mucho texto”; se abusa de los anglicismos para referirse a conceptos que tienen un término adecuado en español; se busca ver películas fáciles de comprender o con tramas sencillas, cuyo mayor mérito es estar plagadas de efectos especiales; se consume música con letras paupérrimas, que se limitan a la repetición de frases soeces y fomentan la utilización del spanglish. Y, lo peor, se critica sin bases o con criterios moralistas, la obra de los grandes creadores del pasado, no por sus defectos o carencias como producciones artísticas, sino por la vida privada de quienes las realizaron. Esta mediocridad de los criterios actuales lleva a defenestrar a artistas de inmenso talento, para rescatar de la bruma a otros cuya obra siempre se quedó en la medianía, pero que revisten el papel de víctimas.

Recuerdan que el escritor de la llamada literatura de la onda, le da concepto y forma a la contracultura sobre todo en los libros | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo invitaría al público a leer “Ensayo para mi ceguera”? ¿Por qué debería leerla?

No puedo juzgar si mi obra es buena o no, eso le corresponde a los lectores y, sobre todo, a la posteridad. Puedo decir que siempre que escribo, lo hago por vocación y apasionamiento. Soy un escritor, esa es mi naturaleza desde que era un niño. Y una de mis reglas personales es que siempre escribo lo que a mí me gustaría leer. “Ensayo para mi ceguera” no es la excepción. No me interesa producir aburridos libros académicos, sino literatura. Obras que, cuando las leas, en algún momento te toquen, te hagan conmoverte, reflexionar, identificarte, conocer algo nuevo o recordar algo que habías olvidado. Que, como el buen arte, en algún instante te hablen sobre ti. Con eso me doy por bien servido.

¿Cuál es la trayectoria de Carlos Manuel Cruz Meza?

Carlos Manuel Cruz Meza nació en Xalapa, Veracruz, cursó estudios profesionales de Letras Españolas en la Universidad Veracruzana y de Criminología y Criminalística en el CLEU.

La pérdida de la visión que implica adentrarse, literalmente y a nivel físico, en la oscuridad de la invidencia | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

A la fecha tiene 18 libros publicados en papel. Entre otras distinciones, ha obtenido el Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández (2019); el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor (2024); el Premio Nacional de Crónica Beatriz Espejo (2019); el Premio Nacional de Periodismo, otorgado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el Salario del Miedo y Editorial Almadía (2015); y la beca estatal del PECDA en Literatura (2004 y 2018).

Ha recibido premios, becas y reconocimientos de diversas instituciones, entre ellas la Organización de Naciones Unidas, la Presidencia de la República, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara, el Colegio de Sociólogos, la Asociación Nacional de Periodistas y el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe). Colaborador en medios como Tierra Adentro, Milenio, La Palabra y el Hombre, Replicante, Fotozoom, Reflex, Playboy, Alarma, Bostezo, Líder, Mórbido, Soflama, Phantasma, Straversa, Filología, Gacetilla de la Universidad de Antioquia y Archipiélago, entre otros.

¿Qué otros libros ha escrito Carlos Manuel Cruz Meza?

Es autor de "Escrito con Sangre", un proyecto interdisciplinario sobre el estudio de los asesinos, que incluye un blog especializado, un programa de radio, apariciones en televisión, organización de eventos académicos, un largometraje, publicaciones especializadas y una columna que apareció entre 2005 y 2020 en medios estatales y nacionales. Autor del guión de la película "Escrito con Sangre" (2008), que obtuvo el Premio a la Mejor Película en Belfast, Irlanda del Norte. Sus libros más recientes son "Monstruos entre nosotros. Historia y tipología de los asesinos" (México, 2014 y Colombia, 2022); la obra de teatro "El Tren de los Animales" (2019); el libro "Esta es mi sangre. Cuentos completos" (Colombia, 2019); el volumen de crónica y ensayo "Historia de la Muerte en México" (Colombia, 2024); y la novela de terror "Crónicas de la Gran Oscuridad" (México, 2024).

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El destacado escritor xalapeño Carlos Manuel Cruz Meza ha sido galardonado con el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor 2024, otorgado por la Secretaría de Cultura de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), por su obra “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad”.

La obra del escritor, periodista y criminólogo Carlos Manuel Cruz Meza fue seleccionada por un jurado compuesto por la escritora y doctora en Literatura Latinoamericana Christina Soto van der Plas, el ensayista y traductor Diego Olavarría, y el narrador Miguel Ángel Hernández.

El jurado destacó que “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad” retrata con crudeza y solvencia narrativa el camino hacia la ceguera de su autor. Además, la obra permite al lector experimentar el tránsito de quienes viven con esta condición, a través de un lenguaje que muestra cómo el resto de los sentidos van cobrando importancia para relacionarse con el mundo.

A continuación, una entrevista con el reconocido escritor Carlos Manuel Cruz Meza sobre el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor y su libro “Ensayo para mi ceguera”:

¿Cuál fue su sentir al recibir la notificación de que “Ensayo para mi ceguera” fue la obra galardonada?

Mi reacción fue de gran alegría al recibir la llamada de la doctora Lucina Jiménez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal). Ya habíamos tenido contacto hace unos años, cuando tuve la fortuna de obtener el Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández 2019. En esta ocasión, platicamos sobre el premio, el libro y lo que esto significa para mí como escritor. “Ensayo para mi ceguera” es una crónica biográfica con una carga emocional muy profunda para mí y conversamos sobre ello.

¿Qué representa este premio en su carrera literaria?

Este es mi quinto premio literario nacional y el segundo que me concede el Inbal. Siempre he pensado que los premios son un gran aliciente para los que, como yo, nos dedicamos a la escritura. A mí me gusta que mi obra sea reconocida por mis pares, ya que los jurados son otros escritores que seleccionan una obra presentada bajo pseudónimo. Me brinda una gran satisfacción que algo escrito por mí tenga este reconocimiento, pues se trata de un galardón muy importante, concedido por una institución dedicada a la cultura a nivel nacional. Constituye un honor recibirlo, amén de que lleva el nombre de un gran periodista, cronista y luchador social como lo fue Carlos Montemayor.

Actualmente, también espero los resultados en octubre de las becas del Sistema Nacional de Creadores de Arte, ya que solicité este apoyo. Lo he pedido ya siete ocasiones seguidas, pero no he tenido la fortuna de obtenerlo. Ojalá este año, con dieciocho libros publicados (tres de ellos en el extranjero); colaboraciones en un sinnúmero de periódicos y revistas, de México y el extranjero; y cinco premios literarios nacionales, dos de ellos otorgados por el Inbal, los jurados tengan a bien otorgar a mi proyecto el estímulo del SNCA.

¿El título del libro es un guiño a “Ensayo sobre la ceguera”, de José Saramago?

Por supuesto. Leí hace muchos años la novela de Saramago y me gustó mucho. Cuando escribí esta crónica, tenía en la mente ese título de forma constante, pero necesitaba apropiármelo, darle un nuevo significado. Al modificarlo y adaptarlo, todo se convirtió en un juego literario: un guiño, un homenaje, una declaración, una forma de condensar el sentido de esta obra. Es un ensayo en el sentido del género literario que busca reflexionar sobre un tema determinado, pero también una referencia a la preparación que antecede a un evento importante. Diserto y medito sobre la posibilidad de mi ceguera, pero también me preparo por si llegara a ella.

Carlos Manuel Cruz Meza nació en Xalapa, Veracruz, cursó estudios profesionales de Letras Españolas en la Universidad Veracruzana | Foto: Cortesía | Carlos Manuel Cruz Meza

¿Por qué define esta transición como “un descenso hacia la oscuridad”?

Es una frase que implica dos sentidos simbólicos. El primero y más obvio, la pérdida de la visión que implica adentrarse, literalmente y a nivel físico, en la oscuridad de la invidencia. El segundo, simbólico, las emociones oscuras que implica la pérdida de la visión, sea parcial o total, y que se asocian a la tristeza, la desesperanza. Un maelstrom anímico, que engulle todo lo positivo y sólo ofrece desesperación.

¿Cómo fue el proceso de escritura y cuánto duró?

Cuando en 2022 perdí la visión del ojo izquierdo, tras disminuir paulatinamente la del derecho, inició el proceso mental de la reflexión. Poco a poco fue tomando forma. Escribir este libro duró varios meses, pues buscaba ofrecer un panorama amplio sobre la relación entre la ceguera, mis recuerdos personales, el arte, la historia, el lenguaje. Quería que todo se integrara de manera armoniosa, que fuera una exploración donde la invidencia se convirtiera en el leitmotiv, el sustento, la recurrencia del libro. Cuando lo iba realizando, me sorprendió darme cuenta de que los problemas visuales eran parte medular de mi biografía y la de mi familia, mis amigos, mis amores, mis maestros, mis mascotas, en fin: de la experiencia y el imaginario de todo mi entorno.

De acuerdo con el jurado, la obra no sólo describe las angustias y los dolores físicos y emocionales del camino hacia la ceguera, sino que supone un réquiem memorístico por todo lo que se vio y no se verá más.

¿Cómo describiría este viaje? ¿Cómo vivió y cómo vive esta transición?

Siendo una crónica sobre eventos personales, busqué en mi biografía aquellos pasajes que, además de estar vinculados con la temática central, pudieran ser significativos para quienes leyeran esas páginas. Hay una frase muy manida: desde que nacemos, comenzamos a morir. Yo creo que también comenzamos a perder la vista. A nivel físico, la visión se va deteriorando de manera gradual, a veces natural y a veces patológicamente. La vida es, en gran medida, lo que miramos o lo que no podemos mirar. También aquello que no volveremos a observar: el rostro de un ser amado, un paisaje, ciertos objetos perdidos, nuestro antiguo rostro en el espejo. La invidencia implica, además, la imposibilidad física de contemplar aquello que podríamos haber visto otra vez.

El jurado destacó que “Ensayo para mi ceguera. Crónica de un descenso hacia la oscuridad” retrata con crudeza y solvencia narrativa el camino hacia la ceguera de su autor | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

Es un viaje solitario y casi siempre triste, que no debe romantizarse. La disminución de la capacidad visual no nos convierte en mejores personas, ni es algo que nos haga “especiales”; al contrario, en muchos casos nos cambia para mal. Es una invalidez, una desventaja y una pérdida que se lamenta. Por supuesto, hay que enfrentarla, adaptarse, sobreponerse, pero nunca pensar que hay en ello algo positivo. Un gran problema de nuestra época es la obsesión por idealizar o normalizar lo patológico, teñir a las enfermedades o a las discapacidades de un aura de supuesta bendición, que de ninguna manera poseen.

¿Por qué eligió la crónica como el género ideal para expresar y explicar este proceso?

Algunos de los escritores que más admiro y disfruto leer son cronistas. En mi caso, he cultivado varios géneros literarios durante mi carrera como escritor: novela, poesía, ensayo, dramaturgia. Pero los géneros periodísticos son los que constituyen la mejor forma de acercarse a ciertos temas. Entre ellos, la crónica me parece una poderosa manera de contar eventos reales utilizando los recursos de la narrativa, el ensayo o incluso la poesía. Desde hace unos años, me he dedicado a escribir libros de crónica, como la "Historia de la Muerte en México", un libro que Sképsi publicó este año en Colombia, y está a caballo entre la crónica y el ensayo. O la novela de terror "Crónicas de la Gran Oscuridad", recién aparecida en México bajo el sello de Universo de Libros, que está escrita con los recursos estilísticos de ese género periodístico.

Usted como artista, no sólo de la literatura, sino como fotógrafo, productor de cine y discos, diseñador gráfico y criminólogo.

¿Cómo percibe actualmente la literatura, la música, la fotografía y el arte en general?

Considero que, como en casi cualquier época, hay creadores muy importantes, con propuestas frescas e innovadoras, que sin duda dejarán huella gracias a su obra; hablo de escritores, cineastas, músicos, fotógrafos, pintores, dramaturgos, diseñadores gráficos, actores. En contraste, también nos enfrentamos a la pauperización artística, motivada en gran medida por el desdén de ciertos sectores hacia todo lo que implique un esfuerzo intelectual.

Se considera que no vale la pena leer cuando hay “mucho texto”; se abusa de los anglicismos para referirse a conceptos que tienen un término adecuado en español; se busca ver películas fáciles de comprender o con tramas sencillas, cuyo mayor mérito es estar plagadas de efectos especiales; se consume música con letras paupérrimas, que se limitan a la repetición de frases soeces y fomentan la utilización del spanglish. Y, lo peor, se critica sin bases o con criterios moralistas, la obra de los grandes creadores del pasado, no por sus defectos o carencias como producciones artísticas, sino por la vida privada de quienes las realizaron. Esta mediocridad de los criterios actuales lleva a defenestrar a artistas de inmenso talento, para rescatar de la bruma a otros cuya obra siempre se quedó en la medianía, pero que revisten el papel de víctimas.

Recuerdan que el escritor de la llamada literatura de la onda, le da concepto y forma a la contracultura sobre todo en los libros | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo invitaría al público a leer “Ensayo para mi ceguera”? ¿Por qué debería leerla?

No puedo juzgar si mi obra es buena o no, eso le corresponde a los lectores y, sobre todo, a la posteridad. Puedo decir que siempre que escribo, lo hago por vocación y apasionamiento. Soy un escritor, esa es mi naturaleza desde que era un niño. Y una de mis reglas personales es que siempre escribo lo que a mí me gustaría leer. “Ensayo para mi ceguera” no es la excepción. No me interesa producir aburridos libros académicos, sino literatura. Obras que, cuando las leas, en algún momento te toquen, te hagan conmoverte, reflexionar, identificarte, conocer algo nuevo o recordar algo que habías olvidado. Que, como el buen arte, en algún instante te hablen sobre ti. Con eso me doy por bien servido.

¿Cuál es la trayectoria de Carlos Manuel Cruz Meza?

Carlos Manuel Cruz Meza nació en Xalapa, Veracruz, cursó estudios profesionales de Letras Españolas en la Universidad Veracruzana y de Criminología y Criminalística en el CLEU.

La pérdida de la visión que implica adentrarse, literalmente y a nivel físico, en la oscuridad de la invidencia | Foto: Ricardo Martínez | Diario de Xalapa

A la fecha tiene 18 libros publicados en papel. Entre otras distinciones, ha obtenido el Premio Bellas Artes Baja California de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández (2019); el Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor (2024); el Premio Nacional de Crónica Beatriz Espejo (2019); el Premio Nacional de Periodismo, otorgado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el Salario del Miedo y Editorial Almadía (2015); y la beca estatal del PECDA en Literatura (2004 y 2018).

Ha recibido premios, becas y reconocimientos de diversas instituciones, entre ellas la Organización de Naciones Unidas, la Presidencia de la República, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara, el Colegio de Sociólogos, la Asociación Nacional de Periodistas y el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe). Colaborador en medios como Tierra Adentro, Milenio, La Palabra y el Hombre, Replicante, Fotozoom, Reflex, Playboy, Alarma, Bostezo, Líder, Mórbido, Soflama, Phantasma, Straversa, Filología, Gacetilla de la Universidad de Antioquia y Archipiélago, entre otros.

¿Qué otros libros ha escrito Carlos Manuel Cruz Meza?

Es autor de "Escrito con Sangre", un proyecto interdisciplinario sobre el estudio de los asesinos, que incluye un blog especializado, un programa de radio, apariciones en televisión, organización de eventos académicos, un largometraje, publicaciones especializadas y una columna que apareció entre 2005 y 2020 en medios estatales y nacionales. Autor del guión de la película "Escrito con Sangre" (2008), que obtuvo el Premio a la Mejor Película en Belfast, Irlanda del Norte. Sus libros más recientes son "Monstruos entre nosotros. Historia y tipología de los asesinos" (México, 2014 y Colombia, 2022); la obra de teatro "El Tren de los Animales" (2019); el libro "Esta es mi sangre. Cuentos completos" (Colombia, 2019); el volumen de crónica y ensayo "Historia de la Muerte en México" (Colombia, 2024); y la novela de terror "Crónicas de la Gran Oscuridad" (México, 2024).

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