Esther Hernández Palacios vive en su poesía, en los recuerdos de estudiantes, en su activismo y en la labor de reconocimiento a las mujeres, destacaron alumnas y académicas de la Facultad de Letras Españolas en el cierre de las jornadas “Leyéndo(nos) a nosotras mismas”.
A un mes del deceso de la escritora, docente y gestora cultural, la comunidad universitaria rindió un homenaje póstumo a quien también se distinguió por crear literatura para niñas, niños y adolescentes.
Te puede interesar: Paternidad y familias disfuncionales, temas llevados a “Hoy tampoco volvió papá”
En el Salón Azul de la Unidad de Humanidades, en voz de las académicas Mercedes Lozano y Nidia Vincent se compartió el texto “Palabras para una amiga”, donde se refirieron a la profesional pero con énfasis en la mujer “generosa, sensible, inteligente, sensible y vivaz”.
Un minuto de silencio, poesía y anécdotas marcaron el ritmo del tributo a la poeta y ensayista nacida en Xalapa el 16 de abril de 1952 y fallecida el 12 de marzo de este año.
Era promotora de autoras nacionales internaciones
Mercedes Lozano explicó que el homenaje a la maestra en Letras Modernas y en Lingüística se debía no solo al trabajo desempeñado durante varias décadas sino también porque se trata de una de las grandes difusoras de la labor de autoras nacionales e internacionales.
Recordarla en las primeras jornadas dedicadas a escritoras y al análisis de personajes femeninos dentro de algunas obras literarias es un muy buen marco, apuntó.
El homenaje concluyó con el exhorto a mantener viva la memoria literaria de la xalapeña con la lectura de sus escritos. Alguna de sus obras son Estridentismo: memoria y valoración, Salvedades, notas y ensayos sobre literatura veracruzana y Tablada o el crisol de las sorpresas. También, Travesía y otros poemas y Enriqueta Ochoa: la configuración de un femenino sagrado, así como los libros de literatura infantil El cromosoma de Beatriz y Las manos de la abuela.