Diego Moreno es un artista chiapaneco que trabaja las nociones del afecto y el deseo a través del cuerpo en la imagen fotográfica. Se trata de uno de los casos en que la creación artística está vinculada con la memoria personal. Su arte es un rito compensatorio de su escisión personal, una solución imaginaria a su ansia de afirmación mediante la fotografía.
El artista proviene de un entorno culturalmente rico pero también difícil, con un nivel extremo de violencia doméstica. Desde el cuerpo en la imagen fotográfica trastoca un territorio cargado de odio, culpa y prejuicio. La sensación de pérdida, la adaptación forzosa a un medio cultural, social y familiar adverso lo marcaron para siempre.
El arte es el medio que le funciona para contrarrestar su desgarramiento en términos sociales y personales. Su libertad se encuentra en la capacidad de interpretar y reinterpretar su memoria.
Diego Moreno trata de producir sus propias representaciones y, mediante ese gesto, producirse como sujeto de discurso. El acto fotográfico le permite encontrar otra forma de concebir la vida, la cultura, la religión, el cuerpo y los vínculos familiares y sociales.
Discurso
La fotografía y la escritura son para él una experiencia transformadora, una postura ante la vida. A su obra la distingue la preferencia por la creación de escenarios, los espacios domésticos y la utilización simbólica de vestuarios y posturas que remiten a lo familiar, a las creencias religiosas y a la sexualidad normativa, también está presente la recurrencia a la autorreferencialidad para discursar sobre los problemas íntimos y personales.
Diego Moreno mostrará en Xalapa la exposición En mi mente nunca hay silencio. La inauguración será el martes 16 octubre, a las 19 horas, en la galería Flavia, ubicada en Jiménez 42. Esta serie nace de la tradición de “Los panzudos mercedarios”, Guardianes del barrio de la Merced, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. “Los panzudos” representan los pecados, mientras más pecados tenga que expiar la persona más grande y fea será su indumentaria para curarse de ellos en mayor medida.
Esta exposición es posible gracias a Trasluz Photo, coordinado por Koral Carballo.