A sus setenta y ocho años de edad, la veracruzana María Lucía Hernández Hernández es reconocida como un Tesoro Humano Vivo por su conocimiento en el campo de la medicina tradicional; saber su historia de vida ya es posible en la serie de Desarrollo Comunitario Regional-IVEC.
En el programa digital, María Lucía, hablante de la lengua náhuatl y originaria de la localidad de Ahuapilol, Benito Juárez, comparte que asiste a mujeres embarazadas y prepara medicamentos elaborados con plantas medicinales.
- Puedes leer también: Don Mateo: músico nombrado por la Unesco Tesoro Humano Vivo; la historia
Conocida en su comunidad y en toda la región del norte del estado, llegó a la partería por una enfermedad que le duró ocho años, cuando dice que se le cayó la matriz y solo estaba acostada en su cama.
“Después de todo ese tiempo fui con una mujer y me dijo que yo me la tenía que subir, porque yo tenía el don. Me dijo que pusiera a hervir acuyo y hierba dulce, que me acostara y me diera el vapor, y que debajo de mi cadera me pusiera una almohada. Yo misma me curé y acepté mi don”, narra.
Una vez iniciada su labor, a los 32 años, casi nunca estaba en su casa, pues la llamaban de distintos lugares, por la confianza que muchas personas empezaron a tenerle.
Muy cerca de los ochenta años de vida, todavía “acomoda” a las niñas y niños para que después, las mujeres “se alivien” en la Clínica de Chicontepec.
“Yo sobo a los niños y a los adultos, a las personas que se lesionan, las que tienen empacho, las que les duele la cintura; a las que no pueden tener bebés les doy hierbas, les doy hachita y una piedrita que es negra”, expresa la nahuahablante.
María Lucía asegura conocer muchas hierbas medicinales, incluidas las empleadas para el “mal de orín”, como la “caña de jabalí”, el “pega ropa” y la “pata de vaca”.
Solo usa la medicina que conoce, pues asume su responsabilidad como curandera: “No conozco, no lo doy, porque no quiero que les pase algo malo”.
Ataviada con la indumentaria de las artesanas textiles, María Lucía Hernández ha tomado cursos y talleres a lo largo de su vida.
Conserva constancias y certificados otorgados por el Instituto Nacional Indigenista, el Instituto Mexicano del Seguro Social y Servicios de Salud de Veracruz.
Con satisfacción, comparte haberse preparado en Xalapa, Poza Rica, Tuxpan, Tantoyuca, Huejutla, Platón, “Chicón” y en algunos ranchos.
¿Por qué fue nombrada Tesoro Humano Vivo en 2023?
La Unesco indica que se trata de una persona que posee en sumo grado los conocimientos y técnicas necesarias para interpretar o recrear determinados elementos del patrimonio cultural inmaterial.
Desde hace 25 años, cuando falleció su esposo, ella vive con su hijo Juan, su nuera Virgen y su nieta Maribel, quien para la entrevista fungió como su traductora.
Su familia le da de comer, pues ella no se mete a la cocina, lo suyo, enfatiza, es la medicina y su tiempo se enfoca en atender a quienes la buscan.
También les da plantas vivas, para que las siembren y le den continuidad a lo que ella aprendió y comparte con alegría.