Veracruz, Ver.- A lo largo de 16 años de carrera como fotoperiodista, Félix Márquez ha logrado ver los claroscuros que la profesión le brinda, reconociendo que en la actualidad dedicarse a esta profesión sigue siendo sinónimo de inseguridad.
En un autoanálisis de su propia profesión, Félix explica que, tomar fotografías en zonas de riesgo le han llegado a impactar en su salud mental, pero a la vez, este mismo trabajo, lo han llevado a conocer a personas resilientes y valientes.
“No todo es blanco y negro en el fotoperiodismo, tanto tienes experiencias muy delicadas o muy fuertes, que son de cierta manera relativas a la profesión, también tienes muy buenas experiencias”, mencionó.
Esta profesión catalogada como de riesgo, ha hecho que Félix adquiera conocimientos para defensa personal, para disminuir sus niveles de inseguridad y elevar su conocimiento sobre como actuar, mientras desarrolla el ejercicio de su profesión.
En Colombia, por ejemplo, tomó un entrenamiento sobre respuesta médica ante situaciones hostiles y próximamente tomará un entrenamiento para situaciones de riesgo, como enfrentamientos armados y secuestros, “de una u otra manera, me he sentido más seguro que cuando estuvimos en la época de (Javier) Duarte”, enfatizó.
Ante los diversos ataques que el gremio periodístico ha sufrido a lo largo de los últimos años, el fotógrafo considera que quienes desarrollan esta profesión se han convertido en un blanco fácil en gran parte del país, y lamenta que la sociedad ha abandonado a este sector profesional, al no darse cuenta que, cuando se asesina a un reportero o fotógrafo se silencia la libertad de expresión y con ello la oportunidad de saber lo que realmente está pasando en su entorno, coartando el derecho a estar informado.
“En Veracruz, en México se puede asesinar a periodistas y no pasa absolutamente nada, creo que eso es algo que se debe cambiar y la sociedad nos debe arropar”, lamentó.
El gusto por viajar, es otra de las bondades que ha podido experimentar este fotógrafo, “en esta profesión, en el periodismo, en la fotografía hacemos muchas cosas que la gente no logra hacer en su vida y nosotros tenemos la fortuna de vivirla, de ser parte de esa historia y de conocerlo en primera persona”.
El fotógrafo es enfático al decir que no trabaja por ganar premios, porque su intención va más allá de eso, es decir, busca que las personas captadas con su lente se sientan escuchadas, en los distintos temas que retrata. Gran parte de este trabajo que realiza, capta a personas en situación vulnerable, sobrevivientes, quienes precisa, le relatan que no se sienten atendidas ni escuchadas por órganos de gobierno, incluso la misma sociedad las ha hecho a un lado.
“El hecho de que yo esté ahí con mi cámara y que de alguna u otra manera eso sirva para que se sientan escuchadas o valoradas, creo que ese es mi mayor reconocimiento. Si yo pensara que mi profesión va a cambiar el mundo, estaría demasiado frustrado”.
Félix, dice que se ha dado cuenta que la sociedad muy poco ha cambiado, sin embargo, se queda con esos pequeños detalles, donde las familias que buscan a sus seres queridos lo invitan a sus casas o los migrantes cuando cuando ya logran pasar a Estados Unidos, le piden que pase a saludar, si el se encuentra trabajando en el país vecino.
Félix Márquez ganador del Premio Pulitzer
Gracias a su dedicación y amor a su profesión, este año obtuvo el Premio Pulitzer, por una fotografía destacada en la que se muestra un camión de migrantes que fue localizado sobre la carretera Córdoba-Veracruz, retratando la crudeza que viven en su camino hacia Estados Unidos.
En 2021 obtuvo un primer lugar, de los Premios de Publicación Digital, innovación en la categoría de Narración Digital en Canadá. Ese mismo año y país, fue galardonado con el Premio Amnistía Internacional, en la categoría de Medios Mixtos, tan solo por mencionar algunos.
Innovar ante las nuevas tecnologías
Por otra parte, Félix Márquez considera que la inmediatez que exigen actualmente los medios de comunicación no permite a los periodistas profundizar en los temas que se abordan día con día, sin embargo, en la medida de lo posible, el fotógrafo ha tratado de trabajar a su ritmo usando nuevas tecnologías que se han ido modificando en la era digital.
Añade que gracias a los medios digitales, en comparación con los medios impresos, hoy se puede tener un espacio mayor, al que se podía tener en un periódico “y siempre se hablaba del instante decisivo, de la foto que dice más que mil palabras y ahora no, afortunadamente podemos contar con medios tecnológicos que pueden o tienen la amplitud para poner más imágenes”.
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Por lo que ahora se puede tener una narrativa más profunda, más pensada y estéticamente bien hecha, utilizando recursos que antes no se tenían a la mano, recordando que antes requería subirse a un helicóptero para tomar fotografías y hoy en día, gracias a los drones puede fotografiar de manera aérea, sin la necesidad de sobrevolar el área.
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“Yo creo que necesitamos seguir capacitándonos en esas áreas, porque eso va a enriquecer mucho más nuestro trabajo. Pero lo principal es escuchar a las personas que estamos retratando, involucrarlas, involucrarnos y sentir lo que ellos están sintiendo, porque de nada sirve tener todos los aparatos electrónicos que quieras, si no hay una conexión directa con la persona que tiene enfrente”, concluyó.