Los arcos florales colocados en parroquias y capillas en las fiestas patronales son un patrimonio biocultural que debe ser atendido de manera integral para mantener la práctica pero con una conciencia ambientalista, expresa el antropólogo social Martín Acosta Villa.
En entrevista manifiesta la urgencia de crear programas desde los mismos gobiernos, instituciones de cultura y medio ambiente pues no solo no ha frenado la extracción de la planta y su flor -“cucharilla” (Dasylirion acrotrichum)- sino que ha aumentado.
“Con el paso del tiempo, la elaboración de los arcos se ha extendido a muchas ciudades, cuando antes solo era en algunos municipios y comunidades; basta asistir a la Catedral Metropolita de Xalapa para constatarlo”.
No es suficiente con que la “cucharilla” esté en la categoría “amenazada” por la Norma 055 de la Semarnat, declara para luego advertir que si continúa la extracción masiva, la extinción está pronta.
Aplaude la existencia de estrategias como la realizada por Diego Aguilar Vásquez, quien en colaboración con el área de Desarrollo Regional-IVEC difunde por qué es importante el cuidado de la planta y flor.
Al respecto, Diego Aguilar explica que los arcos florales son una manifestación cultural que comparte la franja de municipios de la zona central de Veracruz, Xico, Teocelo, Cosautlán de Carvajal y Ayahualulco.
En la zona mencionada, detalla que la “cucharilla” se extrae en las faldas del Cofre de Perote y los pobladores de la zona baja suben con mucha fe para recolectar la flor y hacer la obra de arte.
“Es una ofrenda para el santo en cada festividad de los municipios y las comunidades, pero ya también buscamos estrategias para su conservación”, dice.
Y es que señala que están generando procesos para poder sembrar la planta y asegura que diferentes sectores de la sociedad civil se están sumando a esta propuesta.
Con enfoque de patrimonio biocultural, menciona que ya realizan un taller para niños y niñas con el objetivo de formar a nuevos artesanos con visión sustentable.
También comenta que en Cosautlán lograron tener la primera exposición de montajes de los arcos florales de la región, así como brindar capacitación para poder germinar la semilla de la “cucharilla”.
El antropólogo Martín Acosta indica que esto debe hacerse en todas las regiones, pues no se trata de eliminar la práctica sino de dar las herramientas para la valoración y conservación.
Lo expresado tiene estudios específicos realizados con anterioridad por la maestra en Ecología Tropical, Guadalupe Torres Martínez, quien en su tesis de posgrado explica que desde la germinación de la semilla hasta la primera floración de la planta pueden transcurrir de 12 a 15 años.
Enfatiza que esta planta y flor se utiliza para los arcos pero también como alimento para cabras y en algunas comunidades las flores son consumidas en diferentes platillos.
Hay que tener cuidado en el manejo de las estrategias, indica, pues otras utilizaciones son en artesanías y adornos para otras festividades religiosas que fomentan la unión y la convivencia del pueblo.