Xalapa, Ver.- Por su biodiversidad, en México hay oportunidad de tener acceso a distintas flores comestibles. Algunas, como la flor de calabaza, se han popularizado, pero ¿sabías que también es un alimento la nochebuena o pascua?
En estas fechas, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas invita a conocer la publicación ilustrada "La cocina de las flores", con recetas para que disfrutes maravillas culinarias.
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Con la idea de que “todo se come si se sabe preparar”, en esta publicación enfatizan que a pesar de la urbanización o el cambio en la alimentación, constantemente tratamos de evocar aquellos sabores que nos transportan a entornos más naturales.
La investigadora María de la Luz Ruiz Jiménez y la ilustradora Ana Laura Burciaga Dávila dan un panorama de flores que deslumbran con sus formas, colores, texturas, aromas y sus inusuales sabores.
Además de la flor de calabaza y la nochebuena, en el volumen aparecen recetas para usar la flor de azahar, la de izote, la de maguey, la de cempasúchil, la del colorín, la de mayo, la de guayacán, cacahuaxóchitl y bupo.
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¿Pero cómo puedes comer la nochebuena? La puedes consumir como postre, en “mousse”, y lo único que necesitas son un sobre de gelatina sabor vainilla y 300 mililitros de leche entera.
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Además, 140 ml de leche condensada, 250 mililitros de crema para batir, una taza de pétalos de nochebuena, frambuesas y chocolates para la presentación.
El modo de preparación indicado consiste en colocar en una olla la leche entera y dejarla hervir para enseguida disolver el sobre de gelatina de vainilla; cuando ya se tenga la gelatina, se debe moler o licuar junto con la leche condensada, la crema para batir y los pétalos de nochebuena.
El último paso es engrasar un recipiente grande con un poco de aceite, verter la mezcla y refrigerarla hasta que el postre cuaje. Sugieren utilizar las frambuesas y el chocolate rallado para una mejor presentación.
La autora anota que el nombre de la nochebuena proviene de cuetlaxochitl, que en náhuatl significa “flor que se marchita”. Comparte que su peculiar color rojo fue utilizado por los grandes tlatoanis como símbolo de poder.
Además, menciona que fue a partir de la época colonial que obtuvo una particular relación con el nacimiento de Jesús.
Entre las particularidades nombradas explica que esta flor aparece en diciembre, crece en arbustos y tiene múltiples cultivos alrededor del mundo; tan solo en México existen más de 20 variedades.
“Cuando hablamos de la flor realmente nos referimos a los pequeños brotes que crecen en el centro, rodeados de hojas verdes que se tornan rojas con el paso del tiempo. Tiene uso medicinal, ornamental y culinario”, detalla.
Disponible en ESTE ENLACE el recetario incluye las tortitas de flor de calabaza. De la flor, puntualiza que, junto con el maíz y el frijol, son la base alimentaria de los pueblos indígenas; forma parte de la dieta ancestral mesoamericana.