Desde hoy, la Pinacoteca Diego Rivera resguarda una selección de obra del ceramista Gustavo Pérez, quien logró que el espacio resultara casi insuficiente para toda la comunidad que asistió a la inauguración.
Con gratitud por la respuesta del público y de artistas como Elsa Naveda, Per Anderson, Abel Zavala y Sebastian Fund, por mencionar solo a algunos de los asistentes, Gustavo Pérez explicó que en esta muestra comparte tanto el trabajo realizado en los nuevos tiempos pospandemia como otras piezas creadas en otras etapas de su vida, en otros talleres, otras entidades y otros países.
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El artista, quien considera que el público merece respeto y no hacerlo llegar a las galerías a ver solo obras del pasado, comparte que hay algunas piezas hechas en su taller de Zoncuantla en los últimos seis años.
¿Qué se puede encontrar en la exposición del ceramista Gustavo Pérez?
Quien visite la Pinacoteca, ubicada en J.J. Herrera número 5, en el centro histórico, podrá conocer nuevas piezas posteriores a su exposición-instalación "Autorretrato", que estuvo a la vista del público en el Museo de Antropología en 2016-2017.
En una línea que tiende a la retrospectiva, "Gustavo Pérez. Obra reciente y colaboraciones" da oportunidad de recorrer el espacio con la guía del propio ceramista, pues las áreas están acompañadas de textos narrados en primera persona, a manera de plática.
En el área destinada a nueva obra, menciona que son sus investigaciones de 2017 a 2023, las cuales se ven marcadas por la desgracia del confinamiento forzado por la pandemia con cambios radicales en su forma de trabajar.
"He trabajado solo, sin ayudantes, por momentos con la impresión de estar, tras cincuenta años de hacer cerámica, cerca del final de mi proyecto y con grandes dudas respecto al sentido de seguir adelante en tiempos de tanta incertidumbre", confiesa.
A pesar de las dudas, el contexto y los tiempos de adaptación, puntualiza que el impulso de trabajar se mantiene invariable.
"La costumbre, el hábito de estar en el taller todos los días sigue siendo la única manera de vivir que conozco y la presente exposición es resultado de eso. Muchas de estas piezas fueron construidas con placas de barro, pero muchas otras fueron hechas al torno, que sigue siendo mi técnica favorita", expresa.
Al ahondar en las novedades menciona una técnica diferente de aplicación de los esmaltes, pintando a mano con pincel y ya no con pistola de aire como lo hizo por tantos años.
"Pintar las piezas es ahora un proceso muy laborioso, pincelada por pincelada, con tres o más capas de esmaltes de diferentes colores y texturas, obteniendo resultados que al paso de los años se han vuelto más ricos e interesantes. Es una manera que me conviene y me gusta: un trabajo silencioso, lento, una especie de meditación".
En una vuelta al pasado, Gustavo Pérez también trabaja ahora con barro rojo de baja temperatura, bruñido, con interés en lo ancestral y en el cuidado del medio ambiente, en economía de recursos y energía, pues detalla que en todos sentidos es mucho menos costoso quemar a 850 que a 1280 grados centígrados.
Además de este trabajo reciente, hay oportunidad de ver obras creadas en distintos pueblos de Oaxaca, en Atzompa, en el taller de Rufina Ruiz; en San Bartolo Coyotepec, en 2012, donde trabajó con Felipe Fabián, y en 2015, en San Marcos Tlapazola, en el taller de Macrina Mateo.
Obra creada en Oosterhout, Breda, Kecskemét, Höhr-Grenzhausen, Sèvres, Prissac, Lain, La Bisbal, Aberystwyth, Santiago de Chile y Buenos Aires, además de nuevo proyecto en La Ceiba Gráfica, es lo que complementa la exposición, a la vista del público del martes a domingo, de 10 a 18 horas. La entrada es libre de costo.