/ viernes 4 de octubre de 2019

Helena Neme visibiliza las "Maternidades disidentes"

La artista visual y su pareja decidieron desafiar las normas y convertirse en mamás; en un registro fotográfico-cronológico, muestra las distintas crisis que conlleva ser madre

En un país con una sociedad patriarcal y heteronormada, la artista visual Helena Neme y su pareja decidieron desafiar las normas y convertirse en mamás. De eso hace ya cinco años, un periodo que ha sido registrado fotográficamente para dar cuenta, entre otros aspectos, de que la maternidad sí tiene que ver con un amor incondicional, pero también con dolor, angustia y crisis de distintos tipos.

Una selección de 20 fotografías, con las cuales Helena Neme desnuda su alma y sus emociones, conforman Maternidades disidentes, exposición que será inaugurada el 5 de octubre a las 19 horas en la galería del foro Brújula.

Maternidades disidentes es una de las exposiciones de 19 artistas de distintos estados del país que participan en el Festival FotoMéxico2019, actividad organizada por el Centro de la Imagen, que este año tiene el título Mujeres.

“La propuesta es generar una reflexión desde la fotografía y la producción artística en torno a los afectos y efectos que, desde lo político y lo social, lo privado y lo público, inciden en la vida personal y colectiva de las identidades femeninas sin limitar la autoría a la perspectiva de un solo género”.

Helena Neme, quien es originaria de Uruguay, radica en Xalapa desde 1999. Es catedrática de artes e investigadora, y en cuanto a su producción, su interés está centrado en temáticas con las que es fácil sentirse identificado, aunque sean totalmente autobiográficas.

En entrevista con Diario de Xalapa, la fotógrafa hizo un breve recuento de su trabajo artístico que dio oportunidad de verla como una mujer sensible a las consecuencias de la migración, de la estadía en un lugar lejano, de reconocer su preferencia sexual de manera pública.

La maternidad no podía quedar fuera de esta reconstrucción de vida y la mirada tan amplia de Neme, que ve allí donde otros prefieren desviar la mirada.

Hablar sobre la crisis que puede provocar la maternidad sigue siendo un tema tabú; es una problemática pocas veces planteada en la historia del arte, sin que sea desde un punto de vista idealizado.

RUPTURAS

“Sin duda, la maternidad es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, por el vínculo tan fuerte que tengo con mi hijo, por la disposición a sacrificarme en favor de su bienestar, porque es un hermoso ser humano que me llena de alegría, y la lista podría seguir. Pero en estas imágenes también me interesa mostrar aquello que nadie me dijo: sobre la ‘devaluación’ de la mujer que tiene a su hijo por cesárea, el dolor que provoca amamantar, la ruptura que produce en la pareja, la culpa que provoca regresar a la vida laboral, la influencia de nuestra propia crianza, el cansancio y el desgaste físico que implica”.

Quizá, afirma Helena, estos sean los motivos por los cuales sea una temática difícil de abordar, “porque está llena de contrastes y expectativas, de ambivalencia y frustración, de desafíos y deseos”.

“Ser madre no solo representa desafíos importantes en nuestra vida afectiva, laboral, social y corporal, sino que nos replantea los vínculos con nuestra propia madre y nuestra historia; nos confronta a nosotras mismas y nos hace conocer una parte nuestra que desconocíamos: te reinventa, te reconstruye, te replantea, definitivamente, te transforma. La maternidad te cambia la vida para siempre. No hay vuelta atrás”.

CRIANZA

Con respecto a la crianza, puntualiza Helena Neme que disidir “ayuda a criar personas críticas dispuestas a cuestionar y crear nuevas formas de vincularse, desde la empatía y el respeto; por ello la crianza se torna un sutil acto político”.

Apunta que criar debe dejar de concebirse como un acto privado donde la gran responsabilidad recae sobre las madres: “Debe pensarse como un hecho político que determina de manera significativa el futuro de una sociedad, de forma que el Estado debe crear políticas públicas que sostengan una crianza desde el cuidado y el afecto.

Lo que hacemos las madres es un trabajo no remunerado, que les ahorra mucho dinero a las empresas y al Estado, e implica un gran esfuerzo poder conciliar la vida laboral, afectiva y creativa por eso es fundamental que la maternidad sea una decisión personal y jamás una imposición social”.

Maternidades disidentes estará en exhibición durante octubre y noviembre en Mariano Escobedo número 11, en La Pitaya, Coatepec, Veracruz.

En un país con una sociedad patriarcal y heteronormada, la artista visual Helena Neme y su pareja decidieron desafiar las normas y convertirse en mamás. De eso hace ya cinco años, un periodo que ha sido registrado fotográficamente para dar cuenta, entre otros aspectos, de que la maternidad sí tiene que ver con un amor incondicional, pero también con dolor, angustia y crisis de distintos tipos.

Una selección de 20 fotografías, con las cuales Helena Neme desnuda su alma y sus emociones, conforman Maternidades disidentes, exposición que será inaugurada el 5 de octubre a las 19 horas en la galería del foro Brújula.

Maternidades disidentes es una de las exposiciones de 19 artistas de distintos estados del país que participan en el Festival FotoMéxico2019, actividad organizada por el Centro de la Imagen, que este año tiene el título Mujeres.

“La propuesta es generar una reflexión desde la fotografía y la producción artística en torno a los afectos y efectos que, desde lo político y lo social, lo privado y lo público, inciden en la vida personal y colectiva de las identidades femeninas sin limitar la autoría a la perspectiva de un solo género”.

Helena Neme, quien es originaria de Uruguay, radica en Xalapa desde 1999. Es catedrática de artes e investigadora, y en cuanto a su producción, su interés está centrado en temáticas con las que es fácil sentirse identificado, aunque sean totalmente autobiográficas.

En entrevista con Diario de Xalapa, la fotógrafa hizo un breve recuento de su trabajo artístico que dio oportunidad de verla como una mujer sensible a las consecuencias de la migración, de la estadía en un lugar lejano, de reconocer su preferencia sexual de manera pública.

La maternidad no podía quedar fuera de esta reconstrucción de vida y la mirada tan amplia de Neme, que ve allí donde otros prefieren desviar la mirada.

Hablar sobre la crisis que puede provocar la maternidad sigue siendo un tema tabú; es una problemática pocas veces planteada en la historia del arte, sin que sea desde un punto de vista idealizado.

RUPTURAS

“Sin duda, la maternidad es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, por el vínculo tan fuerte que tengo con mi hijo, por la disposición a sacrificarme en favor de su bienestar, porque es un hermoso ser humano que me llena de alegría, y la lista podría seguir. Pero en estas imágenes también me interesa mostrar aquello que nadie me dijo: sobre la ‘devaluación’ de la mujer que tiene a su hijo por cesárea, el dolor que provoca amamantar, la ruptura que produce en la pareja, la culpa que provoca regresar a la vida laboral, la influencia de nuestra propia crianza, el cansancio y el desgaste físico que implica”.

Quizá, afirma Helena, estos sean los motivos por los cuales sea una temática difícil de abordar, “porque está llena de contrastes y expectativas, de ambivalencia y frustración, de desafíos y deseos”.

“Ser madre no solo representa desafíos importantes en nuestra vida afectiva, laboral, social y corporal, sino que nos replantea los vínculos con nuestra propia madre y nuestra historia; nos confronta a nosotras mismas y nos hace conocer una parte nuestra que desconocíamos: te reinventa, te reconstruye, te replantea, definitivamente, te transforma. La maternidad te cambia la vida para siempre. No hay vuelta atrás”.

CRIANZA

Con respecto a la crianza, puntualiza Helena Neme que disidir “ayuda a criar personas críticas dispuestas a cuestionar y crear nuevas formas de vincularse, desde la empatía y el respeto; por ello la crianza se torna un sutil acto político”.

Apunta que criar debe dejar de concebirse como un acto privado donde la gran responsabilidad recae sobre las madres: “Debe pensarse como un hecho político que determina de manera significativa el futuro de una sociedad, de forma que el Estado debe crear políticas públicas que sostengan una crianza desde el cuidado y el afecto.

Lo que hacemos las madres es un trabajo no remunerado, que les ahorra mucho dinero a las empresas y al Estado, e implica un gran esfuerzo poder conciliar la vida laboral, afectiva y creativa por eso es fundamental que la maternidad sea una decisión personal y jamás una imposición social”.

Maternidades disidentes estará en exhibición durante octubre y noviembre en Mariano Escobedo número 11, en La Pitaya, Coatepec, Veracruz.

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