Si vives en Xalapa seguro sabes que en el centro histórico existe la calle J.J. Herrera, algunas otras personas sabrán que hay un teatro J.J. Herrera y, por ser una figura popular, habrá quienes hayan escuchado la historia de Juan Herrera, “Juanote”. El llamado del teatrista Francisco Beverido Duhalt es a no confundirse. ¡Son tres personajes xalapeños distintos!
Con el fin de conocer cuáles fueron sus aportes para la capital del estado, el artista e investigador comparte algunos datos relevantes de las historias de estos veracruzanos.
Teatro J.J. Herrera
El Teatro J.J. Herrera, ubicado en Miguel Palacios número 12, honra la memoria de Juan Jesús Herrera Cisneros, quien nació en la capital del estado en 1941 y falleció a los 42 años en un accidente automovilístico ocurrido en 1983, en viaje de Xalapa a Puebla para contratar una obra de teatro.
Francisco Beverido narra que Juan Jesús fue asistente de Adolfo Domínguez (1912-1981), quien se desempeñó como último presidente del patronato de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Juan Jesús fue administrador del Teatro del Estado “Gral. Ignacio de la Llave” y promotor de teatro. ¿Pero cómo llegó a desempeñarse en esta área?
El Teatro Cauz, que después fue Teatro Lerdo, estaba ubicado en la calle de Altamirano y presentaba malas condiciones; fue demolido entre el 68-69. Ante la necesidad de un espacio, Juan Jesús compró la propiedad de la calle Miguel Palacios y en 1972 la hizo teatro; retomó el nombre de Teatro Lerdo.
Tras su deceso, su viuda María Eugenia Ostos lo rentó a un cine y cuando lo recuperó, lo nombró J.J. Herrera. El lugar, que estuvo cerrado durante 10 años, reabrió sus puertas en 2018 y es administrado por el ayuntamiento local.
Juan Herrera, “Juanote”
El otro Juan Herrera xalapeño, “Juanote”, nació en 1919 y murió en 1989. Francisco Beverido dice haberlo conocido: “Un personaje emblemático que no era artista, pero sí melómano y muy llamativo por su cuerpo y altura”.
Sus características físicas lo llevaron a ser cargador desde los once años, con base en Enríquez y placa número 13. Es descrito como amable, cortés y platicador, fan de la música de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Juan Herrera Vázquez se desempeñó como cargador 59 años y fue este oficio en el que le permitió volverse un personaje icónico; de acuerdo con datos de la Secretaría de Cultura federal, desde muy joven abandonó los estudios.
El no haberlos terminado no le impidió ser melómano, especialmente porque, se dice, tenía disposición y acumulaba experiencias por el contacto con los instrumentos y los músicos de la ciudad.
“Más que por llevar los instrumentos en los hombros de un lado a otro, por el tiempo que se daba para disfrutar de los ensayos y conciertos que la OSX ejecutaba en el parque Juárez, el Estadio Xalapeño, la Antigua Normal, el Colegio Preparatorio, el Teatro Lerdo y el Teatro del Estado”, dice información de la Secretaría federal.
En 2023, el ayuntamiento local instauró la Medalla al Mérito Artístico y lleva el nombre del melómano. En 2024, el Teatro J.J. Herrera cuenta con un “Muro de Honor” que lleva el nombre de Juan Herrera Vázquez “Juanote”, donde serán colocadas las placas de las personas que obtengan esta distinción. La primera corresponde a Francisco Beverido.
Calle J.J. Herrera
¿Pero entonces quién le da nombre a la calle J.J. Herrera? José Joaquín Antonio Florencio de Herrera y Ricardos (1792-1854), quien fue un destacado militar y político. El xalapeño fue tres veces presidente de México.
Sus semblanzas enfatizan en su labor presidencial, sin embargo, su vida militar resulta muy interesante, pues inicialmente se enlistó en el Ejército Realista, en el Regimiento de la Corona.
Cuando alcanzó el grado de capitán, tuvo varios combates y su nombre se menciona en la expedición española para retomar el puerto de Acapulco de manos de los rebeldes. Él tuvo a su cargo el mando civil y militar de aquella región.
José Joaquín llegó a ser comandante de Acapulco para luego, en 1820, retirarse y establecer contacto con Guadalupe Victoria; así inició otra faceta de su vida, en la política, pero sin dejar de lado su formación en el Ejército.
La próxima vez que andes en el primer cuadro de la capital del estado, no olvides visitar el mural de “Juanote”, ubicado en Ávila Camacho esquina con Betancourt, ni la calle ni el teatro J.J. Herrera.