Tlacotalpan, Ver.- Con el título de Solamente una vez, artistas plásticos de Veracruz, Xalapa, Coatepec y Tlacotalpan se reúnen en la cuna del compositor Agustín Lara para homenajear gráficamente al autor romántico más emblemático de la época de oro de la radio en México. La muestra colectiva será inaugurada hoy a las 11 horas en el Centro Cultural Tlacotalpan, ubicado en la Perla del Papaloapan.
En esta colectiva todas las voces son únicas, aunque van guiadas por el sentimiento amoroso, ese que sana y renueva las emociones vitales al compás de letras y melodías que consiguen un lugar en la eternidad, como Solamente una vez, del inolvidable Flaco de Oro.
Si bien es el amor el hilo del cual Agustín Lara, tlacotalpeño por convicción, hilvana una a una sus más memorables composiciones, en el caso particular de Solamente una vez lo que busca es honrar un sentimiento que va más allá de la experiencia vital, un amor que lleva en sí mismo la renunciación total de lo material.
Esta canción la escribió y dedicó a principios de 1940 a uno de los grandes cantantes líricos de México, de aquella época, cuando éste anunció su decisión de retirarse al mundo religioso.
Esa misma convicción hacia un proyecto personal, que se mueve también a través del amor al arte, a su arte, es la que transmiten los artistas plásticos participantes en la exposición: Alberto de la Medina, Alejandro Suárez, Carlos Cano, Ignacio Canela, Armando Riesk, Renatta Vega, Rubén Andrade, entre otros artistas más, quienes han unido su talento para recrear y plasmar su visión sobre el universo de Lara, donde la mujer, el amor y el pecado son los grandes protagonistas de una de las aportaciones creativas más importantes a la canción romántica en Iberoamérica.
La muestra plástica cuenta como un colorido homenaje a la música del veracruzano más universal de México, Agustín Lara, el músico-poeta, quien en medio de la polémica y su genialidad escogió decir al mundo que nació un 30 de octubre de 1900 en la Perla del Papaloapan, en Tlacotalpan, y vivió los últimos años de su vida en el Puerto de Veracruz, en la Casita Blanca, su refugio frente al mar.