Los insectos son invertebrados segmentados que poseen el esqueleto externo (exoesqueleto) articulado, característica de todos los artrópodos. Estos tienen importancia en diferentes aspectos de la vida diaria de los seres humanos y en la actualidad se han descrito más de 1 millón de especies (Wilson, 2010). Dentro de los insectos existe un grupo conocidos como escarabajos (orden Coleoptera), de los cuales es el grupo más diverso, comprendiendo el 25 % de todos los animales descritos sobre la tierra (Zhang et al., 2018).
Los escarabajos (orden coleóptera) están presente en la mayoría de los ecosistemas, estos insectos tienen una distribución mundial y tiene múltiples funciones ya que tienen roles diferentes en la naturaleza, roles que van desde depredadores al controlar insectos plagas descomponedores de materia orgánica, polinizadores, entre otros. Dentro de este grupo de insectos, se encuentran los escolitinos que son pequeños escarabajos cuyo tamaño va de 1 a 6 mm, de colores que van de color café oscuro hasta negro, poseen una forma cilíndrica y alargada, estas características varían dependiendo la especie (figura 1) (Arnett, 1967; Beutel and Leschen, 2016; Cruz et al., 2016; Marske and Ivie, 2003).
Dentro de este grupo grande de insectos pequeños, algunos los clasifican por sus hábitos de colonización, separándolos en descortezadores y barrenadores. Los descortezadores como su nombre lo indica habitan bajo la corteza de los árboles, por otro lado, los barrenadores son aquellos que perforan las ramas o troncos de los árboles colonizando áreas más profundas de éstos. En este grupo de barrenadores se encuentran los llamados ambrosiales, esto se debe a que tienen una asociación con hongos los cuales les ayudan a colonizar los árboles rompiendo la defensa de éstos, así como proporcionándoles alimento para los escarabajos y su descendencia (Cruz et al., 2016; Burgos y Equihua, 2007; Atkinson, 2017).
Por un lado, podemos decir que los escarabajos ambrosiales tienen importancia ecológica ya que son una parte primordial de procesos de descomposición, debido a que participan en la regulación de poblaciones de las especies vegetales hospederas y descomposición de la materia orgánica, ya que invaden diversidad de plantas que mueren por si solas (figura 2) (Burgos y Equihua, 2007), esto debido a que una vez que el insecto barrena permite la penetración del hongo, el hongo crece proporcionando alimento a los escarabajos y ablandando la madera facilitando la excavación de los insectos. El hongo se beneficia del nitrógeno de los desechos de los escarabajos como fuente de nutrientes. La posterior sucesión de los hongos que degradan madera a través de las galerías (cuevas) de los escarabajos, acelera los procesos de descomposición y el reciclaje de nutrientes en el ecosistema (Batra, 1985).
Por otra parte, en años recientes la introducción de escarabajos ambrosiales a través del comercio internacional es una seria amenaza hacia los ecosistemas. Estos insectos son los más frecuentemente interceptados en los materiales de madera y de embalaje en los puertos de entrada de diferentes países (Eskalen and Stouthamer, 2013). Un ejemplo es el caso de Xyleborus glabratus, especie que fue detectada en Estados Unidos, esta especie trae consigo un hongo que es fitopatógeno (Raffaelea lauricola) que ocasiona la enfermedad conocida como Marchitez del Laurel (figura 3), enfermedad que ha ocasionado la muerte de miles de árboles de la familia Lauracea, en la que se encuentra el cultivo de aguacate, de mucha importancia económica en Estados Unidos y México, por lo que de ingresar al país sería un riesgo para este cultivo, ya que México es el principal productor de aguacate a nivel mundial (Ploetz et al., 2017). La situación podría llegar a ser peor debido a que estudios realizados en los años 2014 y 2017, han encontrado a otras especies que están jugando un papel en la diseminación de este hongo dentro del cultivo del aguacate, dando especial importancia a especies que se encuentran dentro del género Xyleborus (Carrillo et al., 2014; Ploetz et al., 2017). En México hasta la fecha se han reportado 18 especies del género Xyleborus y 867 especies de escarabajos escolitinos, por lo que esta situación podría significar un panorama más difícil para su control (Atkinson; Pérez-Silva et al., 2015).
No debemos de satanizar a estos insectos, pero es importante realizar estudios dirigidos de diversidad de escolitinos en México, así como conocer las especies de árboles que pudieran ser susceptibles al ataque de éstos. También es importante mencionar que se deberá de encontrar estrategias dirigidas de control para no afectar a especies que no sean problema y que su papel en el mantenimiento de un ecosistema es importante.
Agradecimientos:
Este artículo ha sido posible gracias a apoyos proporcionados por el fondo Fordecyt-Conacyt 292399. Proyecto titulado “Generación de estrategias científico-tecnológicas con un enfoque multidisciplinario e interinstitucional para afrontar la amenaza que representan los complejos ambrosiales en los sectores agrícola y forestal de México”.