La presa Pilares, de reciente construcción y que tentativamente sería inaugurada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita a Sonora el próximo jueves, fue clausurada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Esta obra hidráulica de reciente conclusión, misma que corrió a cargo de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Fondo de Operación de Obras Sonora Sí (Foossi) y el Gobierno del Estado, contiene sitios arqueológicos en el interior de su embalse, por lo cual el Centro INAH procedió a suspenderla.
José Luis Perea González, director del Centro INAH Sonora, señaló que con base en las investigaciones y resultados del primer salvamento, se pudo reconocer un territorio sonorense culturalmente desconocido, pero que suma al patrimonio arqueológico de la región y donde la mayor parte es de petrograbados que se encuentran inundados.
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"Debe ser protegido y preservado. Como lo dicta la Ley Federal de Zonas y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, se debe reconocer su importancia y realizar acciones inmediatas para su protección, dado que actualmente 20 sitios se encuentran inundados y afectados por el embalse que tiene, en este momento la presa Pilares”, enfatizó.
La dependencia federal señaló que esto procedió por la violación a los artículos 2, 27, 28 y 32 de la Ley Federal de Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, debido a que hay afectación a patrimonio arqueológico en la cuenca alta del Río Mayo por la reciente puesta en marcha de operaciones de la presa Pilares, por lo que este martes se clausuró alrededor de las 15:00 horas.
Tomás Pérez Reyes, fue uno de los arqueólogos investigadores que estuvo presentes en la primera fase del salvamento y reconocimiento, que se hizo gracias al acuerdo formal al que se llegó en 2012, para inspeccionar, recorrer y registrar sitios arqueológicos en la zona, acuerdo entre el Gobierno del Estado y el Centro INAH Sonora; ante la posibilidad del desarrollo de la obra hidráulica en el Noroeste de Álamos.
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En dicha primera fase se registraron todos los bienes culturales, que son de origen prehispánico y se encontraban en el área de embalse máximo que tendría el funcionamiento de la presa según la información que recibió el Centro INAH sobre la operación que tendría la obra
“Los sitios arqueológicos que actualmente están siendo afectados por la operación de la Presa Pilares, corresponden a sitios habitacionales prehispánicos, que manifiestan la interacción de los antiguos habitantes con el río, desde su cosmovisión, su patrón de asentamientos, tradiciones productivas y su conformación social”, manifestó Pérez Reyes.
En ese primer recorrido arqueológico, los especialistas del INAH registraron 44 sitios, 34 identificados como áreas habitacionales prehispánicas y 11 con presencia de manifestaciones gráfico-rupestre, todo en un territorio amplio donde se ubican las poblaciones Las Choyitas, Miramar, Buenavista, Mochibampo, Chorijoa, Las Garzas, Toma de Agua, Cuchuhuerito y Mesa Colorada, además de rancherías.
Asimismo, en las comunidades de San Bernardo, Chorijoa, Mochibampo y Mesa Colorada, el INAH encontró materiales arqueológicos como lítica tallada, lascas, cerámica tipo Batacosa, San Miguel, Venadito, San Bernardo y Cuchujaqui; además de cerámica monocroma, metates, puntas de talla, puntas de proyectil y morteros.
Estudios preliminares sitúan a los asentamientos humanos de la presa con una larga y continua ocupación, que data desde la época prehispánica hasta la actualidad, por grupos de mayos, guarijíos y mestizos.
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