Hoy en día ser librero es una tarea heroica, siempre lo ha sido, pero ahora más porque las plataformas digitales están acaparando buena parte del mercado, afirmó el escritor Juan Villoro desde Xalapa.
Durante la charla acerca de los libros, la lectura y las ferias de libros en México, en la Feria del Libro del parque Juárez que fue dedicada a él, expuso que se está perdiendo la costumbre de los antiguos libreros que te recomendaban libros y con quienes podías dialogar de literatura.
“Yo creo que estar en una librería es ya un hecho literario. Borges dice algo que me parece muy interesante, ordenar un librero es ya una manera de hacer crítica literaria porque cuando ordenamos decimos ´ponemos aquí a los mexicanos, aquí a los latinoamericanos’, ‘ponemos a estos autores, no, pero se pelearon cuando estaban vivos, hay que separarlos para que no se sigan peleando’. El hecho de acomodar los libros por género ya es establecer un criterio”.
Por lo anterior, consideró que ésta manera elemental de la crítica la proporcionan los libreros “con lo que consiguen para nosotros” y reconoció la labor de los libreros independientes de Xalapa organizadores de la feria.
Y agregó: “A mí en ocasiones me dicen, qué libro tuyo me recomiendas y yo digo el que consigas porque la verdad es que no es fácil conseguir libros, ustedes lo saben tanto como yo, yo me he pasado toda la vida buscando libros, ahora veo todos esos libros míos ahí y digo caray, eso se da muy raras veces. Ya he vivido mucho tiempo como escritor, cerca de 50 años y es muy raro encontrar mi libro (…) agradezco que tengan esta selección tan notable y que es tan difícil de reunir”.
El también ensayista, narrador, cronista y periodista cultural remarcó que solo con el lector, solo con la lectura, el libro vive y rememoró un aforismo sobre la lectura que dice “un libro es como un espejo, si un mono se asoma a él no puede ver reflejado a un apóstol”.
Es decir, explicó, lo que quiere decir es que cada quien le da al libro algo que lleva dentro, “si tu eres un apóstol, te reflejas como un apóstol si eres un mono, te reflejas como un mono, esto para decir que quien completa la lectura, es naturalmente el destinatario, el lector, solo con el lector, solo con la lectura el libro vive”.
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Refirió que, cuando se discute un libro, cada quien le aporta algo que lleva dentro, también habló sobre la importancia de la lectura, de los libreros y como un libro cambia de significado a través de las épocas, pues son los lectores quien los resignifican y les dan nuevos contenidos.
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Sostuvo que los grandes libros son los que no dejan de decir sus mensajes, pero no dejan de decirlos, no solo por ellos mismos, sino porque los lectores los siguen defendiendo y son ellos quienes los siguen necesitando.
“Borges dice, un clásico es un libro que los lectores y las lectoras no han dejado morir porque quieren seguirlo leyendo. Nosotros nos damos cuenta que el verdadero tribunal es la lectura y que las obras se completan en la lectura, ningún libro surge con la condición inmanente de clásico”, añadió.