Boca del Río, Ver.- La actuación de Leonardo del Castillo como solista con la Orquesta Filarmónica de Boca del Río, el pasado viernes 14 de febrero, ha sido la reiteración en torno de eficiencia y capacidades que son propias de este pianista, quien manifiesta así su empatía con las formas romanticistas decimonónicas, algo que trabaja consistentemente al lado de las hermanas Maklakiewicz en el Trío Chopin, ensamble en residencia de la Universidad Veracruzana.
Castillo abordó una partitura atractiva y comprometedora, como es el Primer concierto del alemán Felix Mendelssohn (1809-1847). Se trata de una obra que el compositor –también competente ejecutante sobre el teclado– escribió para sí mismo, en 1831 cuando contaba con apenas 22 años de edad. Sabemos que fue compuesta en un breve lapso y estrenada con el compositor como solista, en la ciudad de Múnich. Ciertamente no es observado como un Concierto de estatura beethoveniana, pero su espíritu fresco y juvenil, así como su gran atractivo melódico, le convierten en una pieza codiciada por todo virtuoso.
Conocedor de los renglones que aborda, Castillo tuvo a bien participar en la charla previa a la audición que nos ocupa, al lado de Eddie Mora, el director invitado. Comentó en torno del estilo presente en la escritura de Mendelssohn y su personal concepto acerca de la unidad de ideas para el logro de una obra de naturaleza “monolítica”, sin interrupción entre sus movimientos. También aludió Castillo al linaje del músico, que le emparenta en línea ascendente con el pensador y filósofo judío Moses Mendelssohn. Ello propició una educación esmerada que el músico asimiló de muchas formas, para hacer de él un hombre de vasta cultura.
La invitación procedente de Boca del Río para Castillo se dio en función de su importante trayectoria. Se preparó bajo la guía de István Nádas, quien fuera discípulo del compositor húngaro Béla Bartók; residió en Austria entre 1999 y 2008, y obtuvo dos posgrados por la Universidad de Graz, graduándose con máximos honores y con premio al mejor examen de titulación del año, en 2004. Por añadidura, la firma fabricante de pianos Bösendorfer le otorgó una beca en Viena para realizar cursos de perfeccionamiento con maestros de celebridad internacional.
La actuación de Leonardo del Castillo fue recibida de forma entusiasta por el público y, al concluir, comentó su sorpresa por las admirables condiciones acústicas del Foro Boca, la disciplina imperante en las filas de la orquesta y el inmediato acoplamiento artístico con el estilo de Eddie Mora, joven director de orquesta y compositor nacido en Costa Rica, egresado del Conservatorio Chaikovski de Moscú y actual titular en la Sinfónica de Heredia. Por cierto, la intuición y solidez de Mora bien merecen una consideración aparte.
Con lo anterior, Leonardo suma su nombre al listado de solistas importantes que han actuado con el ensamble boqueño, entre quienes se cuentan los célebres Philippe Entremont y Howard Shelley.
Para el viernes 28 de febrero se anuncia la presencia de otro afamado tecladista: el norteamericano Robert Thies, ganador en el Concurso Internacional “Serguei Prokofiev” de San Petersburgo, lo que le convierte en apenas el segundo norteamericano que se erige vencedor absoluto en una justa artística importante en territorio ruso. El primero fue el texano Van Cliburn (1934-2013), quien en 1958 y en plena Guerra Fría se adjudicó el primer lugar en el Concurso Chaikovski de Moscú.
Thies ofrecerá el Concierto en Fa de George Gershwin, en un programa que incluye “An american in Paris” del mismo autor y tres episodios coreográficos de “On the Town” de Leonard Bernstein, bajo la dirección de Jorge Mester.