Xalapa, Ver.- La danza me ha llevado a ser preciso, exacto, a realmente observar, escuchar y a descubrir que no sólo tenemos cinco sentidos, sino 24, dice el coreógrafo xalapeño Pablo Durán, quien tras una trayectoria de 45 años en la danza asegura que la técnica Graham que utiliza ha levantado de la cama y silla de ruedas a las personas y ha curado el cáncer y embolias a otras alumnas, pues lo que se requiere es conocer el cuerpo y saber respirar.
El maestro, egresado de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana hace 45 años y becario de la Compañía de Danza de la UV, que el próximo 29 de este mes en que se celebrará el Día Internacional de la Danza cumplirá 64 años, sostiene que ha obligado a la danza a que lo mantenga después de haberle dado 45 años de su vida.
Pablo Durán ingresó a danza porque quería tener un cuerpo como el de Rudolf Nuyerev, hoy a sus casi 64 años sigue conservándolo, lo cual es el resultado de la técnica, de la ejecución y cuando el ejecutante recibe técnica en sus clases es honesto, noble, porque vive, siente y es capaz de transmitir lo que pretende al público.
La danza le ha dado a Pablo Durán la certeza de haber existido y al haberle dado 45 años de su vida le ha obligado a corresponderle, le ha dado su estudio, que era su ilusión, también le ha proporcionado casa y viajes, gracias a haber sido un necio y a no prostituir ni a regalar su arte.
No veo danza en Xalapa, sostiene, al agregar que hay una desvirtualización porque cualquiera se dice coreógrafo o ejecutante, así como que el 80% de los maestros no tienen ni la presencia ni los conocimientos. El cuerpo es el reflejo de lo que haces, el artista debe darse cuenta que tiene que tener más conocimiento, de ahí que a sus alumnos les enseña desde anatomía hasta planimetría pasando por las técnicas Graham, clásico y la de Javier Francis.
Xalapa es una ciudad privilegiada, considera, porque en la calle se puede apreciar a verdaderos artistas que regalan su arte, lo cual podría representar un atractivo para el turismo nacional e internacional, pero no ha habido respuesta de las autoridades. El coreógrafo, quien tiene su estudio en la calle José Cortés Frías de la colonia Libertad en esta ciudad, prepara el último cuadro de su coreografía Mural, en el que aborda el tema de la rebelión femenina que tiró el sistema en Alemania, luego de un incendio que mató a muchas costureras de las maquiladoras. Con los ejecutantes Elizabeth Valdez Perlestain y Antonio Cortina trabaja en la pieza en la que ella muestra su libertad en su yo real.
Asegura que la técnica Graham bien manejada le permitió levantar de la silla de ruedas a una de sus alumnas que se convirtió en reina de la primavera; evitar operaciones de alumnas lastimadas y levantar de la cama a un joven que sufrió diversas fracturas al caerse de un caballo, quien contra las predicciones de quedar maltrecho, es hoy un joven normal.
“La técnica es noble y otra de sus maravillas es que cura”, concluye Pablo Durán, quien sentencia “doy clases porque existo. Soy un maestro real", indicó.