/ sábado 29 de mayo de 2021

La música veracruzana se volvió una pasión para artista canadiense

El interés por la cultura veracruzana no ha mermado, puntualiza el autor, ya que desde su llegada a Santiago Tuxtla se ganó la confianza de la gente que tan generosamente le confió sus historias

Xalapa, Ver.- El libro Ni con pluma ni con letra. Testimonios del canto jarocho de Alec Dempster representa una forma muy íntima de conocer a personas muy valiosas y desconocidas fuera de sus comunidades de la región de Los Tuxtlas, Veracruz, dice el autor, quien desde Canadá llegó al estado en busca de su música hace unos 20 años. Acaba de salir a la luz pública en la Editora del Gobierno del Estado.

El músico y artista gráfico tuvo el acercamiento con los cantadores desde 1999 y hasta 2006, tiempo en el que realizó alrededor de 30 entrevistas, que él llama conversaciones y están editadas de manera muy amena. “Lo que tenemos en conjunto es una visión de otra época que ahora parece muy lejana, pues estos músicos nacieron entre principios del siglo XX y 1940, ahora las cosas han cambiado mucho y este libro puede ser de interés para personas que estén aprendiendo a tocar son jarocho, que les guste el género, o que no conozcan Veracruz, creo que es una forma muy íntima de conocer personas muy valiosas y desconocidas fuera de sus comunidades”.

En entrevista telefónica desde la Ciudad de México, Alec Dempster, quien luego de vivir en Santiago Tuxtla lo hizo en Xalapa durante diez años, compartió que se centró en 13 cantadores de los cuales destaca sus historias “con vida un poco contrastante porque aunque la base de todos es campesina, uno era curandero, otro era peluquero y otros estaban retirados del campo, pero conservaban un gran repertorio musical, incluso poético”, además este libro contiene una buena cantidad de versos y décimas que compartieron con el autor e incluye el retrato de cada uno de ellos hecho también por Alec.

El prólogo es de Luis Eduardo González, quien hace una reflexión sobre la importancia de esos testimonios, hablando de las particularidades del quehacer poético, improvisatorio y comunitario, incluso de rivalidades que había entre músicos.

El interés por la cultura veracruzana no ha mermado, puntualiza el autor, ya que desde su llegada a Santiago Tuxtla se ganó la confianza de la gente que tan generosamente le confió sus historias, luego de vivir cuatro años en Canadá donde Alec tocaba y dirigía un grupo de son jarocho, regresó a la Ciudad de México y se enfocó en este libro, pues sentía la responsabilidad de cumplir con lo prometido a los músicos.

De los trece que forman parte del libro, 5 viven aún, por lo que ya envió ejemplares a Los Tuxtlas para las familias de las personas que ya fallecieron y de los músicos. "Estoy un poco apenado por el tiempo que ha tomado pero también estoy ansioso de saber las opiniones de los lectores, algunos de lo que conocerán por primera vez a esos músicos".

El título del libro Ni con pluma ni con letra viene de un verso de Juan Llanos, a quien Alec no conoció porque falleció en los años 50, pero su historia y obra fue conservada y compartida por su hija Bertha Llanos, quien también ya falleció. “El era un poeta y músico, algo tenía de curandero y brujo, por lo cual es importante dar a conocer a un personaje de otro tiempo”. El verso dice: Me dicen que eres poeta/ porque eres muy alcanzado/ pero tú no me sujetas/ aunque seas muy estudiado/ ni con pluma ni con letra/ ni en versos argumentados. Es otra faceta de la versada que se utilizaba para entrar con un poco de reto.

Alec Dempster ha publicados otros dos libros, que por la pandemia no han tenido la difusión debida, uno con Raúl Eduardo González que se imprimió en Tacámbaro en el taller Juan Pescador, sobre la vihuela y Cartas del Sotavento, de retratos de jaraneros de la actual generación, que son clave en el movimiento jaranero, a los que agregó décimas para cada uno y un pequeño libro de artista con grabados propios.

Actualmente colabora con un músico de jazz cubano que está en Nueva York para abarcar otras músicas.

La música de Veracruz, pasión de Alec Dempster

En 1997 llegó a Veracruz, todo empezó por la aventura y ésta continúa; venía en busca de su música porque sus conocimientos eran muy básicos, luego encontró en Xalapa el lugar idóneo para trabajar y estar en contacto con la música que le apasionó y la de la Huasteca que le atrapó. “Como músico estar cerca de la raíz facilita mucho el aprendizaje, porque ya había intentado tocar la jarana huasteca estando fuera de México, pero no lo logró hasta que estuvo ahí, y “no hubiera aprendido a tocar son jarocho si no hubiera estado en Veracruz”.

Foto: Cortesía | Alec Demspter

Para mi trabajo profesional, los casi diez años que viví en Xalapa han sido determinantes. “Hice una búsqueda personal como artista, que dio frutos. Aquí surgieron oportunidades para exponer y tuve tiempo para crear y tener una buena comunidad receptiva que es lo que ofrece Xalapa”.

Concluyó que las 24 horas del día está produciendo obra gráfica, pero la música pelea porque le haga caso, “porque los instrumentos me están pidiendo que los toque, que los afine”, dijo Alec quien nació en la Ciudad de México, pero recibió su educación formal como académico en Canadá y como asistente en un taller de grabado en Toronto.

Xalapa, Ver.- El libro Ni con pluma ni con letra. Testimonios del canto jarocho de Alec Dempster representa una forma muy íntima de conocer a personas muy valiosas y desconocidas fuera de sus comunidades de la región de Los Tuxtlas, Veracruz, dice el autor, quien desde Canadá llegó al estado en busca de su música hace unos 20 años. Acaba de salir a la luz pública en la Editora del Gobierno del Estado.

El músico y artista gráfico tuvo el acercamiento con los cantadores desde 1999 y hasta 2006, tiempo en el que realizó alrededor de 30 entrevistas, que él llama conversaciones y están editadas de manera muy amena. “Lo que tenemos en conjunto es una visión de otra época que ahora parece muy lejana, pues estos músicos nacieron entre principios del siglo XX y 1940, ahora las cosas han cambiado mucho y este libro puede ser de interés para personas que estén aprendiendo a tocar son jarocho, que les guste el género, o que no conozcan Veracruz, creo que es una forma muy íntima de conocer personas muy valiosas y desconocidas fuera de sus comunidades”.

En entrevista telefónica desde la Ciudad de México, Alec Dempster, quien luego de vivir en Santiago Tuxtla lo hizo en Xalapa durante diez años, compartió que se centró en 13 cantadores de los cuales destaca sus historias “con vida un poco contrastante porque aunque la base de todos es campesina, uno era curandero, otro era peluquero y otros estaban retirados del campo, pero conservaban un gran repertorio musical, incluso poético”, además este libro contiene una buena cantidad de versos y décimas que compartieron con el autor e incluye el retrato de cada uno de ellos hecho también por Alec.

El prólogo es de Luis Eduardo González, quien hace una reflexión sobre la importancia de esos testimonios, hablando de las particularidades del quehacer poético, improvisatorio y comunitario, incluso de rivalidades que había entre músicos.

El interés por la cultura veracruzana no ha mermado, puntualiza el autor, ya que desde su llegada a Santiago Tuxtla se ganó la confianza de la gente que tan generosamente le confió sus historias, luego de vivir cuatro años en Canadá donde Alec tocaba y dirigía un grupo de son jarocho, regresó a la Ciudad de México y se enfocó en este libro, pues sentía la responsabilidad de cumplir con lo prometido a los músicos.

De los trece que forman parte del libro, 5 viven aún, por lo que ya envió ejemplares a Los Tuxtlas para las familias de las personas que ya fallecieron y de los músicos. "Estoy un poco apenado por el tiempo que ha tomado pero también estoy ansioso de saber las opiniones de los lectores, algunos de lo que conocerán por primera vez a esos músicos".

El título del libro Ni con pluma ni con letra viene de un verso de Juan Llanos, a quien Alec no conoció porque falleció en los años 50, pero su historia y obra fue conservada y compartida por su hija Bertha Llanos, quien también ya falleció. “El era un poeta y músico, algo tenía de curandero y brujo, por lo cual es importante dar a conocer a un personaje de otro tiempo”. El verso dice: Me dicen que eres poeta/ porque eres muy alcanzado/ pero tú no me sujetas/ aunque seas muy estudiado/ ni con pluma ni con letra/ ni en versos argumentados. Es otra faceta de la versada que se utilizaba para entrar con un poco de reto.

Alec Dempster ha publicados otros dos libros, que por la pandemia no han tenido la difusión debida, uno con Raúl Eduardo González que se imprimió en Tacámbaro en el taller Juan Pescador, sobre la vihuela y Cartas del Sotavento, de retratos de jaraneros de la actual generación, que son clave en el movimiento jaranero, a los que agregó décimas para cada uno y un pequeño libro de artista con grabados propios.

Actualmente colabora con un músico de jazz cubano que está en Nueva York para abarcar otras músicas.

La música de Veracruz, pasión de Alec Dempster

En 1997 llegó a Veracruz, todo empezó por la aventura y ésta continúa; venía en busca de su música porque sus conocimientos eran muy básicos, luego encontró en Xalapa el lugar idóneo para trabajar y estar en contacto con la música que le apasionó y la de la Huasteca que le atrapó. “Como músico estar cerca de la raíz facilita mucho el aprendizaje, porque ya había intentado tocar la jarana huasteca estando fuera de México, pero no lo logró hasta que estuvo ahí, y “no hubiera aprendido a tocar son jarocho si no hubiera estado en Veracruz”.

Foto: Cortesía | Alec Demspter

Para mi trabajo profesional, los casi diez años que viví en Xalapa han sido determinantes. “Hice una búsqueda personal como artista, que dio frutos. Aquí surgieron oportunidades para exponer y tuve tiempo para crear y tener una buena comunidad receptiva que es lo que ofrece Xalapa”.

Concluyó que las 24 horas del día está produciendo obra gráfica, pero la música pelea porque le haga caso, “porque los instrumentos me están pidiendo que los toque, que los afine”, dijo Alec quien nació en la Ciudad de México, pero recibió su educación formal como académico en Canadá y como asistente en un taller de grabado en Toronto.

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