Xalapa, Ver.- Las dificultades que el xalapeño Christian Melgarejo tuvo para concretar la publicación del libro de literatura fantástica Ruysdaell y el acertijo del obelisco hoy son compensadas con el éxito que la novela tiene en España, la cual, además de estar disponible como e-book, ya está en físico en las librerías mexicanas.
Con el sello de Universo de Letras, plataforma de editorial Planeta, el escritor veracruzano incursiona en la literatura fantástica, en torno a la cual, apuntó en entrevista vía telefónica, es lamentable que haya tantos prejuicios e incluso sea menospreciada por la comunidad literaria y de la crítica, cuando en realidad cuenta con un público lector que va en aumento.
Lamentablemente en México las editoriales aún no creen mucho en estos manuscritos. Es un segmento en el cual hay que ir contracorriente, pero uno de mis sueños es que mi trabajo contribuya a que en el país se rompan barreras y caiga la venda de los ojos. Hay muchas personas que han escrito cosas maravillosas y no se les ha dado una oportunidad
En ese sentido, lo que Christian Melgarejo hace es presentar a Ruysdaell, uno de los siete reinos de la tierra mágica que se encuentra en peligro luego de que una poderosa bruja viajó por el tiempo solo para cobrar venganza y lanzar un poderoso hechizo sobre el reino.
La diosa de la paz, Classy, renace para llamar a los legendarios guerreros druidas, quienes luchan por resolver el acertijo de un misterioso obelisco que alberga un poder oculto.
El xalapeño precisa que a él le importa un sector poco atendido: “Siempre hay quien disfruta de historias sobrenaturales y fantasiosas. Siempre hay un soñador, alguien que tiene añoranza de escuchar algo fantástico para despegarse de la realidad y viajar a otros mundos, donde todo es posible”.
Con esta idea, planea lanzar en 2021 la segunda novela de una saga de seis libros. Mientras tanto, promoverá en su tierra natal la lectura de la primera parte.
Actualmente él radica en la Ciudad de México, donde da rienda suelta a la imaginación, algo que ha le ha acompañado desde que era niño.
Cuando era pequeño era muy reservado y tenía muchos amigos imaginarios. Mi mamá me tuvo que llevar con psicólogo y terapeuta, que recomendaron algo recreativo, y me inicié así en la pintura. Yo pintaba brujas, magos, duendes… También, mi mamá y abuelita me leían muchos cuentos. En un momento difícil de identidad, la escritura se hizo presente. Prácticamente tengo toda la saga completa