Bajo la premisa que la lectura y relectura de la poesía de José Gorostiza es siempre necesaria, “sobre todo en tiempos gobernados por un vacío asfixiante”, la Academia Mexicana de la Lengua rindió un homenaje al autor de Muerte sin fin, en el 50 aniversario de su muerte.
Vicente Quirarte advirtió que Gorostiza “es enigmático por su transparencia y hermético por su claridad”. En su intervención, el poeta, miembro de número de la Academia, detalló: “Aunque el pensamiento del poeta se caracteriza por su temprana madurez, y su coherencia permanente, la publicación de Muerte sin fin confirma, ilumina sus ideas y propone desafíos para el futuro”.
Puede interesarte: Guillermo Arriaga abre un debate sobre lo diferente en su nueva novela
Jaime Labastida, también miembro de número de la Academia, recordó que ha “leído y releído” Muerte sin fin (publicado en 1939), desde su juventud, acompañado por el grupo de poetas que recibió el nombre de La espiga amotinada, título de su primer libro colectivo; admitió cómo les asombraban sus metáforas, sus imágenes y endecasílabos, aunque les era imposible captar el sentido del poema en su conjunto, pues “quizá su misma belleza nos cegaba”.
El también poeta y promotor de la lectura Felipe Garrido, hizo alusión a lo que Gorostiza solía decir acerca de su mester, que “el poeta es un hombre Dios”. Garrido retomó algunas ideas de Gorostiza, publicadas en la edición de 1964 de su obra completa en el Fondo de Cultura Económica.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
“Ahí, José Gorostiza nos dice que el poeta tiene ideas precisas pero aisladas acerca de la poesía. Que el poeta no puede aplicar todo el rigor del pensamiento al análisis de la poesía, él se limita a conocerla y a amarla, sabe dónde está y de dónde se ha ausentado”, afirmó.
“Dice que le gusta pensar en la poesía como algo que tuviera una existencia propia en el mundo, que la poesía existe para el poeta por su sola virtud y que está en todas partes al alcance de todas las miradas que la quieran ver”, agregó Felipe Garrido, quien finalizó su intervención con la idea del hombre de Dios al que se refería Gorostiza, “y yo espero que a todos nos ilumine”, concluyó el tercer miembro de número en participar en el homenaje de la Academia Mexicana de la Lengua al autor de Canciones para cantar en las barcas.