“Los artistas, de alguna manera, somos los portadores del momento histórico que estamos viviendo”, declara convencida Marisa Boullosa, quien hoy inaugura en Xalapa Nada-Nadie, una exposición con la cual denuncia la problemática de la violencia y la desaparición forzada de las mujeres en Veracruz.
Originaria de la Ciudad de México, la artista vivió algún tiempo en San Miguel Allende, Guanajuato, donde inició un trabajo que la mantuvo muy cerca de personas con familiares desaparecidos, experiencia que quedó reunida en el libro In memoriam, pero que después retomó y le dio continuidad.
Durante siete años, guardó vestidos usados en ceremonias religiosas, en los domingos de misa o en las fiestas; también zapatos y objetos que tienen que ver con la intimidad de los hogares, como las escobas.
Al tener que realizar una estancia en Xalapa y saber la existencia de las alertas de género en la entidad, la artista intervino los objetos guardados y surgió así Nada-Nadie, que congrega en un solo espacio a la pintura, al grabado y a la instalación. ¿El objetivo? Hablar de lo que sucede y tocar las temáticas que trae aparejada la desaparición: la nostalgia, los recuerdos, el abandono, la muerte.
Nada-Nadie, que será inaugurada a las 19 horas en Realia, Instituto Universitario para la Cultura y el Arte, da la bienvenida al público con una instalación que estremece, zapatos abandonados, testigos mudos de la violencia que sufrió quien los calzaba…
Centra así su interés en el proceso de manipulación de los objetos, como manera de indicar la imposibilidad del olvido.
Para la artista, además de ser importante abordar estos temas, también lo es la prevención, por eso anuncia que el día 12 de este mes a las 18 horas, también en Realia, se desarrollará Violencia pura-Denuncia Estética y al día siguiente, a la misma hora, habrá una conferencia en la que participarán Manuel Velázquez y Berenice Torres.
Su intención es propiciar el diálogo y compartir información de cuáles son las maneras en las que podemos cuidarnos.
La convocatoria está abierta a público general, pero especialmente a los jóvenes, “porque a veces no ven los riesgos que corren o no son tan conscientes de ello. La preocupación es sobre los jóvenes en general. No tiene que ver con género”.