Veracruz está entre los cinco estados del país con más museos, pero, ¿hay público? ¿Quiénes visitan estos lugares? En entrevista, la creadora Yosi Anaya opina que por lo menos en Xalapa hay una crisis en este tema y la antropóloga Azminda Román Nieto declara que esta es una información pendiente.
Román Nieto, quien forma parte del equipo del Observatorio Universitario de Museos, con monitoreo estatal, expresa que por tener una metodología muy compleja, no hay datos concretos con los cuales se pueda hablar de manera general de un público en Veracruz, pero destaca la relevancia de continuar con el trabajo.
“Se puede mencionar que los museos aportan datos específicos que permiten entender el entorno cultural y social en el cual estamos inmersos. Se definen como espacios de diálogo, pero también de posicionamiento frente a situaciones de conflicto y demanda social. Son lugares que reflejan a la humanidad”, expresa.
Explica que despierta interés saber quiénes son los visitantes a un museo o galería, pero se requieren distintas metodologías y herramientas como las entrevistas para obtener otros indicadores.
Las preguntas, detalla, tienen un enfoque específico, y pueden ser género o edad. En el caso de la información que recopila el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, considera que sí tiene un sesgo a rubros especiales.
Al referirse al Museo de Antropología de Xalapa, señala que han hechos varios pilotajes de estudios de públicos, pero solo les permiten reforzar un hecho: “Hablar de público es hablar de complejidades”.
Señala que en el área de museología sí hay especialistas para estudiar públicos, pero entre el grupo hay posturas distintas.
Opina que es importante tomar en consideración, ¿qué quieren saber de ellos? Por otro lado, piensa que otro pendiente son los no públicos: “¿Quiénes no nos visitan? ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones por las cuales no nos visitan?”.
Señala que no solo se trata de un tema de dinero, pues también la formación y educación en torno al acceso a las actividades artísticas son objeto de estudio.
En el MAX, comparte que han piloteado las visitas y hay unas con duración de una hora y después se aburren o empiezan a andar por las salas con mayor rapidez.
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Comparte que también está detectado cuáles son las piezas que más llaman la atención y, en muchos casos, no necesariamente son las cabezas colosales.
“Hemos tratado de sacar perfiles de visitantes pero nos vamos más allá de género y edad, vemos familias y otros motivos; finalmente, tener respuestas generales es muy difícil”, reitera.
Aunque Azminda Román puntualiza que los estudios de público en Veracruz son una tarea pendiente de incorporar al OUM, en su artículo “Datos sobre museos, más allá de los número”, enfatiza la importancia de integrar distintos aspectos como información valiosa para la generación de datos que sirvan no sólo en la toma de decisiones, sino también en la investigación.
“Es dejar de ver el museo hacia el exterior, es decir, como el lugar que se visita para conocer, aprender y disfrutar, sino también como un ente dinámico que funciona y da sentido a su quehacer por las personas y los fenómenos que suceden al interior, lo cual hace posible su actividad sustancial”, indica.