Con el apabullante triunfo de Morena en el país, y en el estado de Veracruz, se abre un interrogante: ¿Cómo será la atención a la cultura y a los actores del arte en este sexenio que viene? Más allá de los nombres propuestos, ¿cuál es el proyecto que se propone? seguro se tratará de hacer la diferencia.
La cultura es una palanca de desarrollo humano, es la plataforma tangible de una sociedad que se moviliza. Si vivimos en un país con alto índice de analfabetismo, real y funcional es debido a un sistema que apela a la ignorancia para controlar. Esto debe cambiar. Cierto que la educación pública será esencial, pero la profesionalización y la promoción masiva de la lectura son fundamentales. Ya lo ha hecho la izquierda en años pasados, la Ciudad de México ha sido un ejemplo: la creación de los libro clubes (bibliotecas populares gratuitas en los barrios, con acerbos ricos y diversos al alcance de todos) fue un acierto fenomenal. Algo así puede hacerse en todo el país, funcionan con donaciones.
La cultura popular con un presupuesto mayor, y sin corrupción como se intenta, fomentará el talento de los pueblos y el México profundo. Lo mismo ocurre si se rompe la lógica de las mafias culturales y se democratiza el Fonca y las demás instancias de la cultura. En México el acceso real a la cultura es de élite, por varias razones: por ignorancia, por los precios, por lo cerrado de las oportunidades a creadores, etc. Si bien será difícil que el estado pueda ser el concentrador de los servicios y la animación de la cultura nacional como los países socialistas, Cuba, o la antigua URSS; en estos tiempos nuevos, una correlación entre lo privado y lo estatal es posible, pero con ese sentido social.
Creo que más que islas, se deberá coordinar a las instituciones para un trabajo orgánico conjunto: el FCE, con la Secretaria de Cultura, el INBA, y las salas de arte, patronatos, etc. En las cámaras con las comisiones de cultura puede hacerse con la ley, el derecho al acceso a la cultura a todo ciudadano, y además dar un trato digno a los creadores profesionales. Urge la pensión para los artistas que tienen una trayectoria probada, servicio médico y la reorientación de las becas para que aumenten, se democraticen, sean blindadas ante grupos de poder y accesibles a todos. Acabar con los vicios y acuerdos en lo oscurito de siempre.
En algunos estados urge incorporar de nuevo las becas a creadores, como en Veracruz que lleva años sin haber. Asimismo, incentivar las empresas culturales: teatrales, dancísticas, literarias, como en Xalapa, sería bueno que se les apoyara con un plan de trabajo. Que el presupuesto se amplíe y no se centre en festivales grandilocuentes y de impacto mediático, sino que se oriente a estos sectores de ciudadanos con iniciativas y talento. Es menester animar el campo y los pueblos, que los libros fluyan, que los artistas viajen a impartir cursos, charlas, talleres. Un programa editorial masivo y que se alié con las universidades como la UV que publica un acervo riquísimo y lo lleva a los lectores, apoyar más esas exitosas dinámicas. Es falso que a la izquierda no le interese la cultura, ahí está la historia donde gobierna. Los mayores intelectuales del país se orientan por esta tendencia. Ojalá en Veracruz se atienda y se esté a la altura de este reto que emerge con aires de esperanza.
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