En nuestro país ha habido grandes generaciones de escritores que han dejado huella en el mundo de la literatura: el Ateneo de la Juventud, los Contemporáneos, los Estridentistas y, entre ellos, acaso la última grande por la cantidad de sus artistas y la importancia de su obra, la Generación de Medio Siglo, llamada así porque sus componentes nacieron en los treinta y su producción primordial va de los años 50 a los 60.
Destacan Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, Salvador Elizondo, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Inés Arredondo, Julieta Campos, Juan José Gurrola, Tomás Segovia y muchos más a quienes algunos los ubican allí y otros no.
Narradores, pintores, gente de teatro y poetas se aglutinaron en revistas y centros culturales; eran amigos y poseían no pocas afinidades tanto de estética, como de intereses literarios, así como maestros como Pavese, Bataille, Joyce, Proust, y una cultura cosmopolita. También les llamaron la “Mafia literaria”, por su ubicación en puestos de poder cultural. Algunos incursionaron en el periodismo cultural, como Huberto Batis, y bajo la tutela de Fernando Benítez crecieron. Carlos Fuentes fue una figura cercana e influyente. Les tocó participar en el movimiento del 68 —la fascinante década de los 60— y crearon una obra singular y personal cada uno de ellos. Su actitud rebelde, desparpajada, antisolemne, irreverente, en un país sumamente conservador, era su égida.
Quizá quien fungía como líder, sin proponérselo, era Juan García Ponce. Él centró en su poética uno de los mayores intereses de todos: el erotismo. Las fiestas que hacían, la libertad que esgrimían, los hizo ser un grupo gregario y endogámico. Una familia.
Pitol y Elizondo, viajeros y políglotas, y la erudición en casi todos, una sólida formación intelectual. Sus obras hablan de esa libertad creadora que es provocadora y brillante. Cuentistas notables como Inés Arredondo o Melo; novelista geniales como Elizondo y García Ponce; poetas notables como Tomás Segovia y José Emilio Pacheco. Una generación que vale la pena conocer y releer. Destacan porque les interesaba crear obras perdurables, inteligentes; no temían a la experimentación y no había asomos de nacionalismos ramplones ni prejuicios de ningún tipo. Y sí un respeto por el lenguaje, por el estilo. Fue una generación malograda que se fue minando por las enfermedades; algunos desde muy jóvenes, como Juan García Ponce o Arredondo. Todos con una obra sólida. Muchos de las nuevas generaciones no los conocen, por eso será impartido un curso de cuatro meses de duración dedicado a estos autores. Las sesiones serán con quien esto escribe, los miércoles, de 19 a 21 horas, en la Escuela de Escritores de Veracruz Sergio Galindo de SOGEM. El objetivo es dar una panorámica de la última generación importante de narradores mexicanos.
Los interesados pueden obtener mayores informes llamando al 8 12 06 11 o al 2288369574.
Correo: bardamu64@hotmail.com