En diciembre de 1992, Federico López Escalante fundó un espacio de diseño gráfico y producción serigráfica en Xalapa. La meta: producir trabajos con una identidad cálida y mexicana. En aquel entonces su misión era vivir de hacer imágenes, porque le apasionaba.
En la actualidad, el objetivo no ha cambiado. Federico López continúa haciendo trabajos por encargo, así como carteles para festivales, proyectos personales y para actividades culturales. Con la intención de compartir su obra más querida, creada entre el año 2000 y 2018, hoy inaugurará Federico en su tinta, a las 19 horas en Ágora de la Ciudad, galería donde cincuenta de sus piezas estarán a la vista del público hasta finales del mes de julio.
En el proceso de montaje de la exposición, el creador de imágenes, con exposiciones dentro y fuera de la República Mexicana, concedió la siguiente entrevista a Diario de Xalapa.
Federico, eres un generador de una gran cantidad de contenidos visuales. ¿Cómo describes tu labor?
Pienso en mi oficio como un constructor que moldea, talla, arma, reconstruye, ama y emociona.
En este proceso de tallar y armar, ¿cuáles son tus búsquedas?
Me parece que todo tiene que ver con el sentimiento de crear, de jugar, de hacerle un poco a Dios y darle vida a una pieza... sentir dicha, sentirme pleno, generando algo que me gusta y me apasiona.
De las distintas temáticas que exploras, ¿cuál es la dilecta?
Me gusta mucho hacer cartel cultural, pero más que nada creo que hay que buscar que el trabajo impacte socialmente.
Si hago una bella imagen, seguramente quien la vea se alejará un poquito de su rutina y sus problemas. Por lo menos por un instante, se detendrá a observar, a ver los colores; quizá hasta su respiración cambie. A lo mejor suena muy idealista, pero sí me parece que hay una contribución a lograr pensar que las cosas puedan ser de otra manera, aunque nos esté llevando la fregada.
¿Crees en la inspiración?
Sí, pero acompañada. Trato de caminar, de relajarme, de darme la oportunidad de sentarme a hacer bocetos, lo mismo que leer, ser desordenado-ordenado, escribir las ideas.
¿Cuándo decides que una imagen o un cartel están listos?
Cuando me cimbran el alma... Y bueno, a mí siempre me enseñaron que menos es más, pero a veces rompo esa rutina, saturo un poco, trato de meterle más lectura y sentirme a gusto, aunque los amigos me digan “¡ya!”.
Sé que está listo cuando me llena, me alegra el momento, el día... cuando me hace latir.
Federico, hay quienes consideran que el cartel no es arte, ¿qué opinas al respecto?
Es un tema fuerte. Dentro lo gráfico, el cartel genera divisiones. Para mí tiene una función muy linda: comunicar con imágenes bellas que pueden emocionar, entonces me parece que sí toca las puertas del arte.
¿Podríamos decir entonces que el cartel es una de las manifestaciones artísticas más asequibles al público general?
Sí. Tanto que hasta se lo roban. El cartel está a escasos centímetros de quien lo observa, se pude ver qué papel es, cómo lo imprimieron. El cartel tiene que ver con la realidad callejera y, en ese sentido, siempre va a haber un vínculo cercano con la sociedad, y, pese a todo mal pronóstico, sigue y seguirá vigente.
Gracias, Federico, ¿algo que quieras añadir?
Que visiten Ágora de la Ciudad. La muestra está acompañada de maquetas, para que la gente conozca parte del proceso de diseño.