El olor a cuero, tela y café inundan el taller de Domingo Sánchez Juárez. Sus máquinas de coser, lápices, tijeras, pinzas y una libreta son testigos de que en la mesa se trabaja de forma constante y no hay tiempo para el descanso.
Biólogo de profesión, el creador de “Pípila Kelly” recuerda que apostó por un oficio debido a que no quería perseguir una carrera académica y en el diseño y confección halló el asidero que le permitió explorar su creatividad.
“Estudié Biología en la UV y estuve peleando y buscando trabajo; yo quise ser técnico y el entorno laboral no me lo permitía, por lo que aposté por un oficio que engloba el diseño y confección de cuero y textil”, expresó.
A diferencia de la sastrería o la talabartería, puntualiza que su enfoque es más amplio, ya que busca crear artículos donde su estética radique principalmente en su función, con la textura y el color natural de los materiales.
Acercamiento al diseño y confección
Domingo Sánchez recordó que mientras cursaba la carrera se encontró con ciertas circunstancias que le hicieron analizar las herramientas que ocupaba y necesitaba. “Desde que estaba haciendo muestreos pensaba en equipo o accesorios que te pudieran facilitar el transporte del material y tenía unas ideas de diseño”.
Además “al terminar Biología alguien me facilitó una máquina de coser y mi mamá me dio unos manuales de corte y confección porque quería hacerme un overol; así logré dominar la máquina y conocí otras que eran industriales y manejaban formas distintas de costura”.
Fueron amigos emprendedores quienes lo inspiraron, recuerda, para llevar a cabo su proyecto en 2015, pues con un dinero ahorrado invirtió en equipo y herramientas que le facilitaran los procesos creativos.
“Ahora hago ropa y accesorios, calzado y manufactura de broches, herrajes, hebillas en bronce. Realizó bocetos pero también tengo facilidad para hacer imágenes mentalmente; pienso en el proceso o realizo un diagrama de flujo. La inspiración también llega de Internet, de otros productos, experiencias y también compilo, pues el sentido común radica en vincular una idea con otra para obtener algo”, enfatizó.
Expresó que sus productos son hechos a menor escala, “en parte artesanales, manufacturados por mí con la mejor calidad posible y exclusividad, con broches que no hay en el mercado; doy la garantía del producto, pues puedo hacer modificaciones si son necesarias”.
Sobre los insumos, señaló que la piel la consigue en Naolinco, el cuero en Nuevo León, los textiles en Xalapa y otros productos los hace en colaboración con otros talleres.
Sobre el surgimiento de la marca Pípila Kelly, explicó que "proviene de el Pípila, aquel personaje barretero que se cubrió con una roca la espalda para evitar las balas en la Alhóndiga de Granaditas; y de Ned Kelly, un famoso bandolero y forajido australiano que en un enfrentamiento se puso una careta y peto de metal para evitar los tiros: “el australiano fue una figura similar a el Pípila, personas sin escolaridad pero con sentido común”.