En tiempos de pandemia, las historias y los cuentos son grandes aliados para viajar a otros mundos, para aligerar los días de todas las personas, pero especialmente de niñas y niños, quienes se han visto más afectados en la crisis sanitaria, declara Lorena Álvarez, cuentacuentos originaria de Uruguay.
La narradora convoca a todas las personas a acercarse a los las historias y las leyendas. Está convencida de que todos tenemos un narrador dentro esperando el momento preciso para hablar y desarrollar distintas habilidades.
En su caso, así fue su autodescubrimiento en un arte que le ha permitido conocer a mucha gente y decirle que “contar es algo intrínseco y natural que pertenece a los seres humanos desde siempre”.
La participante del 9º Festival Internacional Cuentos y Flores menciona que una historia sucede en la mente de quien la escucha cada vez que es contada, porque se potencian la imaginación, el juego y el traslado a otros escenarios.
Lorena trabaja en teatro y psicodrama, y en la narración oral emplea distintos recursos para llegar al público. Estuvo en Xalapa como parte del Festival organizado por Iván Zepeda, el Cuentero Cordobés.
Entre las distintas actividades que tiene, está compartir historias para escuelas, donde está su público predilecto, el de niños y niñas, “por su honestidad y transparencia al mostrar si lo que ven y escuchan les gusta o no”.
“Compartir con este sector de la población es volver a ser infante y volver a jugar”, dice emocionada para luego asegurar que Xalapa es una ciudad con un público ávido por escuchar.
Llama a los interesados a visitarla en Facebook y YouTube como Lore de los cuentos.
Primeras lecturas hacen bebés más afectivos
La narración oral y la lectura en la primera infancia contribuyen a tener bebés más sensibles y afectivos, afirman las cuentacuentos brasileñas Juliana Offenbecker y Priscila Harder.
De visita en Xalapa, invitan a las personas cuidadoras de bebés a establecer una mayor comunicación a través de los cuentos, pues “en esta etapa el entendimiento del mundo se hace con el lenguaje y las expresiones faciales de quienes los rodean”.
Las participantes del 9º Festival Internacional Cuentos y Flores, que se desarrolla en la ciudad, expresan que así como hay beneficios para las personas pequeñas, también los hay para todas las edades.
Coinciden en que la narración oral es muy importante para aprender a escuchar al otro, para entender los sentimientos de los demás, para divertirse, entretenerse y hasta para sanar y curarse de la tristeza.
“Las personas estamos hechas de historias y es lo que nos diferencia de los animales. Tenemos nuestra historia y la compartimos”, declara Juliana Offenbecker.
Con respecto a si se trata de un actividad que recibe un valor justo, opinan que las personas sí se lo otorgan, pero faltan más recursos financieros para que quienes se dedican a esta labor puedan hacerla al cien por ciento.
Otra carencia que tiene la comunidad dicen que es la difusión sobre quiénes son los narradores orales y cuentacuentos, pues hay quienes piensan que se trata de personas dedicadas a entretener solo a niños y niñas, cuando no es así.
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Offenbecker y Harder viven de la narración oral, pero no siempre fue así. Comparten que detrás hay años de trabajo, constancia y aprendizaje continuos. Actualmente están establecidas en Sao Paulo y comparten sus historias con distintos recursos sonoros y escénicos.
Las fundadoras de la compañía “Conto em Cantos”, que tiene 12 años de trayectoria, emplean ritmos, canciones y objetos que sugieren imágenes para estimular la imaginación.
Al hacer un recuento, mencionan que han realizado espectáculos teatrales, narración e historias en oficinas y más de cuatro mil actividades en teatros, escuelas, bibliotecas, centros culturales, entre otros sitios.
Las artistas han participado en distintos festivales, como el que se efectuó en la capital del estado.