Psyché, de Pilar Farfalla

La serie de obras representa elementos vinculados con lo que ignoramos

Manuel Velázquez

  · miércoles 27 de marzo de 2019

Foto: Cortesía

La obra de Pilar Farfalla se basa en la experimentación y en un ejercicio de introspección; una imbricación íntima con las larvas y las mariposas, con sus representaciones, sus símbolos y su existencia discursiva. Pilar Farfalla realiza una serie de pinturas y grabados de mariposas, animales y personas, un acercamiento que nos sorprende por lo imprevisto, por la resignificación de cada uno.

Psyché la serie de obras de Pilar Farfalla representa elementos vinculados con lo que ignoramos; lo que existe y no nos damos cuenta. La autora nos habla de la pérdida, de la vida renacida dentro del implacable paso del tiempo y de nuestra capacidad de asombro.

Tal como lo define la palabra “psicología”, en su raíz griega Psyché = mariposa, que también se describe como soplo, aliento, ánimo (alma). Su obra articula las relaciones entre lo visible y lo invisible, lo que se oculta y lo que se da a ver, lo que se puede decir o nombrar y lo que permanece en las penumbras del inconsciente. El ejercicio creativo supone un dispositivo que permite hacer visibles aquellos detalles que ignoramos de nosotros mismos.

A lo largo de los últimos meses, el trabajo de Pilar Farfalla ha girado en torno a dos líneas generales de investigación. La primera, de orden estrictamente técnico, tiene como principal propósito el ejercicio de la gráfica y la pintura.

Por otra parte, la artista toca el tema de la memoria y el olvido como fundamento de su discurso artístico. Lo que aparentemente conocemos pero también ignoramos de nosotros mismos. Opta por un tratamiento iconográfico de tono bajo, en el que su narrativa es expresada de manera figurativa y poética. Su obra es una exaltación del “renacer” y del desgaste de las relaciones y la vida.

La obra de Pilar Farfalla es más de introspección que de convencimiento argumentativo; el arte es un medio para contrarrestar su desgarramiento interior. Se trata de uno de esos casos en que la creación artística está vinculada con la vida.

Su arte es un rito compensatorio de su escisión personal, una solución imaginaria a su ansia de afirmación mediante la regresión en términos freudianos. La sensación de pérdida, la adaptación forzosa a una nueva vida, la salida de la zona de confort. La combinación de realidad y fugacidad, memoria y olvido de cada pieza sugiere su naturaleza; los límites dentro de los cuales se mueve la autora.

Las obras seleccionadas para la exposición Psyché se muestran al observador, el cual se ve obligado a detenerse delante de ellas y reflexionar. Es una metáfora de la naturaleza interior, construida desde la propia sed individual de retorno, su "sed de ser".

Esta exposición se encuentra a la vista del público en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero del INECOL (Carretera antigua a Coatepec 351, El Haya, Xalapa, Veracruz). La entrada es gratuita.