En 2022 es imposible hablar de feminismo en singular. Hay muchos feminismos y lo que falta es avanzar hacia un movimiento más incluyente, más organizado y más articulado políticamente, coincidieron académicas en el foro “Tiempos de cambio: movimientos sociales, democracia y políticas públicas”.
Las investigadoras María del Rosario Ochoa y Natalia de Marinis opinan que más allá de la gran diversidad de feminismos, la realidad que duele es que en el siglo XXI aún están presentes la desigualdad, la opresión y la violencia contra las mujeres, situación que obliga a mirar y accionar distinto.
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“Hay que tender puentes entre los feminismos, dialogar y ver cuáles son las mejores estrategias”, anota María del Rosario Ochoa, quien cree que se debe apostar por agendas bien estructuradas, definidas, con objetivos claros y con asuntos ordenados de acuerdo con su gravedad.
En la mesa Feminismos del siglo XXI: nuevas y viejas demandas, programada por la Feria Internacional del Libro Universitario, manifestó que no es suficiente con salir a las calles a denunciar sino también proponer qué es lo que se quiere, lo que se pide y por qué se está trabajando, pero todo con una agenda y puntos a resolver ordenadamente.
“Estoy convencida de que para acercarnos más y tener un movimiento más articulado y organizado sí se necesita educar sobre política”, expresó para luego afirmar que se deben crear más leyes.
Además, evidenció la importancia de educar a la sociedad en colectivo sobre el orden de género y los roles y estereotipos de género que en muchas ocasiones llevan a la violencia y la agresividad.
¿Qué proponen para el feminismo?
Una de sus propuestas consiste en imaginar un feminismo triangular, donde en un lado estén las feministas jóvenes y no tan jóvenes y las feministas y activistas que organizan y asisten a marchas.
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En otra parte coloca el feminismo de la academia y, en otra, a las personas que están en sitios de poder, pues son quienes crean y cambian leyes: “Si no nos unimos, dialogamos y nos relacionamos en esos tres niveles de grupos será muy difícil que consigamos lo que queremos”.
La antropóloga social Natalia de Marinis se pronuncia por un feminismo capaz de integrar a quienes han vivido las condiciones de mayor desventaja como mujeres, aquellas que están en la periferia.
“Creo que debemos entender que es importante incorporar otras miradas y formas de construir y tejer en colectivo para y desde las mujeres. Me parece fundamental un feminismo que integre y que no vea la tensión como algo negativo sino como algo productivo; que vea la pluralidad no como una fragmentación del movimiento sino como una posibilidad de crear algo diferente”.
En su intervención, la socióloga Lucía Álvarez Enríquez desmenuzó los distintos feminismos y dijo que aspira a un movimiento donde se haga el esfuerzo porque las feministas de antes y de hoy se reconozcan, escuchen y construyan algo en común.
¿Feminismo debe ser incluyente con varones?
Asimismo, dijo estar de acuerdo con Rita Segato en la idea de que el feminismo tendría que ser incluyente de los varones. “Un error fundamental del feminismo sería reconocer a los hombres como los enemigos. Hay que buscar integrarlos e ir por una lucha compartida”, puntualizó.
La especialista recordó que el feminismo está inmerso en la defensa y reivindicación de los derechos de las mujeres con relación a su condición histórica de desigualdad y discriminación frente a los hombres, y también de acuerdo con su etnia, clase social, entre otras cosas.