Con el trabajo de músicos de distintos municipios, promotores y centros comunitarios, el son jarocho es hoy una bandera de identidad de los veracruzanos y de México ante el mundo, expresa Ricardo Perry, director del grupo Los Cojolites. “La labor, primero en el estado y luego en otras partes, tiene como resultado un movimiento fuerte en el que lo mismo se involucran los adultos que muchos niños y jóvenes”, asegura.
Perry, quien dirige el Centro de Documentación del Son Jarocho AC en Jáltipan, al sur de Veracruz, considera que el estatus actual de esta música es más por esfuerzos individuales o de la colectividad que por apoyos institucionales o gubernamentales.
Acepta en entrevista que el camino no ha sido fácil y aún falta mucho, pero tiene la convicción de que todo esfuerzo y constancia da frutos, algunos de los que ya se pueden constatar. Como ejemplo pone la presencia de grupos de son jarocho en ferias, festivales o encuentros como la Cumbre Tajín.
“Podemos ver que hay carteles donde utilizan la imagen de los músicos de son jarocho para promover la cultura. Van cambiando los tiempos; falta ver qué viene y si habrá verdaderos proyectos en los nuevos ayuntamientos para ahondar en la educación, difusión y promoción”. El promotor cultural no pierde la fe en que los gobiernos generen programas y estos los desarrollen las personas que realmente tienen el conocimiento y el respeto a estas manifestaciones artísticas.
Quien fue miembro del grupo Chuchumbé y celebró el premio Óscar por banda sonora de la película Frida, a cargo de Los Cojolites, enfatiza que el son jarocho a nivel internacional tiene un reconocimiento que no está centrado solo en la música sino que se amplía a todo lo que está alrededor de esta cultura.
En breve recuento, se remonta a 1995, cuando surgen Los Cojolites como parte de un proyecto dedicado a recuperar las expresiones artísticas y culturales de los antiguos pobladores de Cosoleacaque, que significa “en el cerro de los Cojolites”.
Los cojolites son aves sagradas asociadas con el sol naciente y el dios del amanecer de los antiguos pobladores del sur de Veracruz. Ese sería su emblema y, su misión, investigar, promover y difundir todo lo relacionado con el son jarocho.
“Fue uno de los tantos resultados del mestizaje que se produjo a partir de la colonización y que trajo consigo la influencia de la música arábiga y la de los afrodescendientes que llegaron a Veracruz a trabajar en las plantaciones”.
Con la satisfacción de que en mayo habrá reinauguración del Centro de Documentación, tras los problemas estructurales que tuvo con el temblor de septiembre de 2017, Ricardo Perry invita a los xalapeños al concierto del próximo 2 de abril a las 20 horas en el Teatro del Estado Ignacio de la Llave.
Y es que la celebración por 25 años de trayectoria estaba programada para finales del pasado mes de enero, pero Ómicron se hizo presente en México. Los músicos dicen estar listos para presentar su disco “De la lluvia y el sol”.
En esta producción, a cargo de Greg Landau, todos los temas son creación del: “Es una síntesis del trayecto musical del grupo, así como su historia, en la que Lila Downs, Eugenia León y Natalia Lafourcade han estado involucradas y en el más reciente disco también”.
En opinión de Los Cojolites, celebrar un cuarto de siglo con un disco y composiciones propias es una apuesta a la creatividad musical a partir de la música regional.
En https://bit.ly/conciertoloscojolites se pueden obtener los boletos para escuchar los éxitos de estos músicos así como los sones de su nueva producción y tres composiciones que sonarán por primera vez en escenario: “Rosalía”, “Son de Jazmín” y “Cruzado”.
Actualmente Los Cojolites está conformado por Noé González Molina, Nora Lara Gómez, Benito Cortés Padua, Joel Cruz Castellanos, Noé González Lara, Julio César de la Cruz González, Alberto de Jesús Nazario y Ricardo Perry.