Que los teatros permanezcan cerrados desde hace cuatro meses no ha sido impedimento para seguir transmitiendo el amor por las tablas a las nuevas generaciones. Ese es el objetivo que Omar Rodríguez se ha puesto como profesor del taller Vamos a actuar, en donde niños y adolescentes puedan conocer y desarrollar su potencial histriónico.
“En general el curso trata de acercar a niños y niñas a la actuación porque de alguna forma les damos los pasos que necesitan para crear s sus propios personajes o desarrollar diálogos e ideas. Se trata de acercar el mundo del teatro a los más pequeños, explica Rodríguez, quien ha trabajado como director residente del montaje en México de El Rey León.
El distanciamiento social no ha sido obstáculo para encontrar el potencial de esta nueva generación de actores, comenta Omar Rodríguez: “Ellos tienen la gran ventaja de que manejan perfectamente una plataforma por la que nos comunicamos. Para mí también ha sido un aprendizaje, porque he tenido que observarlos y escucharlos por la pantalla y si de algo me doy cuenta es que tienen muchísima energía y esa necesidad de crear cosas”.
Durante las sesiones que hasta ahora ha ofrecido, Omar Rodríguez ha querido que los niños exploten su imaginación al máximo con ejercicios con la creación de personajes. “En la última sesión tuvieron que inventarse personajes y nos encontramos con una variedad divertidísima donde cada uno se acerca a un tema de manera distinta a partir de sus ideas”.
En estos momentos de incertidumbre y bombardeo de información, tener un espacio para desarrollarse creativamente como es el taller Vamos a actuar, es clave para la educación y el bienestar de los más jóvenes, considera el también coreógrafo.
“Ayuda en varios aspectos, lo principal es que te enfocas en algo diferente y hace que te olvides de la realidad afuera aunque sea un ratito. Justamente el arte ha sido el único medio para desahogar sentimientos en diversos tiempos de la historia, porque es el medio donde la gente se expresa y deja que las cosas en su mente fluyan. Por eso es que es importante hacer este tipo de actividades en estos momentos”, dice.
Un perro comentarista, o un dragón aún no nacido, fueron convocados a la sesión del pasado viernes. Los participantes tuvieron la encomienda de crear un personaje y ponerlo en una escena; todos enriquecieron su ejercicio con maquillajes, voces particulares y hasta algunos elementos de escenografía. Con la dirección de Omar Rodríguez, los niños exploran sus talentos cada sesión. La de este lunes será para presentar un personaje, con un conflicto –resuelto o no- y caracterización en una escena de 30 segundos. ¡Suerte a todos!
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