Las artes plásticas de México están de luto tras el fallecimiento en Xalapa del artista plástico Teodoro Cano (29 de mayo de 1932-23 de abril de 2019), partida que obliga a hacer un recuento del legado de quien eligió adoptar el nacionalismo promovido por José Vasconcelos, con la finalidad de resaltar sus orígenes y reafirmar su cultura.
Cano, originario del municipio de Papantla de Olarte, al norte del estado veracruzano, se formó en el Taller de Artes Plásticas creado por Ramón Alva de la Canal y Alberto Beltrán, así como en la Academia de San Carlos. Fue discípulo de Jesús Chávez Morado y Diego Rivera, de quienes recibió la idea de cuán importante era hacer conciencia sobre el reconocimiento de la historia y las costumbres de las que somos herederos.
Ya con estas bases, y enamorado de la cultura totonaca, resulta más fácil entender su vasta obra, que lo mismo incluye dibujo e ilustración, que pintura de caballete, escultura y mural, área esta última de la que en Xalapa hay mucho por observar.
PROLÍFICO MURALISTA
En orden cronológico —posible gracias a la labor documental de Melchor Peredo—, se puede conocer Agrarismo veracruzano y Del Agrarismo a Echeverría (1969-1974), en el edificio de la CNC. Liga de Comunidades Agrarias, donde están representados líderes del movimiento agrarista como Úrsulo Galván.
En otro sitio, el edificio ubicado en Juárez, que alberga las instalaciones de la Dirección de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana, Cano creó La psicología como ciencia (1975), cuyo tema es el hombre pero con claras reminiscencias a las estructuras prehispánicas.
Un lugar emblemático, la Biblioteca de la Ciudad, presenta un mural en piedra dedicado a Quetzalcóatl (1978); el fundamento es el símbolo de un héroe mitad conquistador español y mitad indígena; de fondo, imponente, se erige una pirámide con un templo indígena en la cúspide.
El edificio de la Secretaría de Educación de Veracruz también cuenta con obra del muralista: Historia de la educación federal (1985); un ábaco da una doble impresión, la de la herramienta para la enseñanza y la de un teclado de piano; aparecen, además, un grupo de niños cantores.
Recientemente nombrado Centro de Alta Especialidad Dr. Rafael Lucio, este hospital tiene en su fachada principal Historia de la Medicina (1989); en este grabado en cemento se puede apreciar el artículo constitucional que declara la salud como un derecho de los mexicanos; el centro de la obra lo ocupa una familia totonaca y pequeños cuadros que hacen alusión a cardiólogos, cirujanos y otros tantos especialistas.
En la Zona Universitaria, el edificio de la Facultad de Derecho da cobijo a una obra escultórica, La Justicia (1995), donde nuevamente el artista recurre a la familia totonaca, esta vez para mostrarla como beneficiaria de la justicia.
En las instalaciones de la Rectoría de la UV, en la planta baja, también está vivo el artista con un mural colectivo creado en 1996 al lado de José Hernández Delgadillo, José Luis Soto e Isa Campos; el tema se desarrolla a partir de una pintura inspirada en el arte totonaca.
Para 1997, el papanteco realizó un Homenaje a la reforma educativa liberal en la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, con su técnica de modelado en concreto ligero, destaca a notables educadores.
En otra zona de Xalapa, en la Faculta de Psicología de la UV, se puede apreciar un altorrelieve labrado en piedra. Se trata de La psicología frente al hombre (1997), en tanto en el edificio del Tribunal Superior de Justicia también ha quedado su legado. Aquí, pintó sobre tela gruesa, montada en un bastidor de madera; figura, ya como un sello particular, un grupo de totonacos estilizado con la justicia de fondo y personajes históricos.
Uno de los murales más recientes, concebido en 2001, está en la Sala de Banderas del Palacio de Gobierno. Historia de las banderas da cuenta de las variantes que tuvo este símbolo patrio.
En Xalapa, reducto de la revolución muralista mexicana, Melchor Peredo apunta que en Cano es reiterativo su enraizamiento no sólo a lo nacional sino con el grupo étnico al que perteneció, “prueba de que la identidad se alcanza de adentro para fuera y nunca de fuera para dentro”.
CANO VIVE
Además de consolidarse como un prolífico muralista en Xalapa, obra de Cano puede ser apreciada en la Ciudad de México y en varios municipios veracruzanos, por supuesto, en su lugar de origen, donde existe una escultura monumental del Volador de Papantla, también, desde 2007, está abierto al público un museo con su nombre, donde permanecen bajo resguardo 22 obras suyas. El centro cultural se encuentra constituido por el museo, una sala de exposición temporal y un auditorio principal.
RECONOCIMIENTOS
Además de artista plástico, Teodoro Cano se desempeñó como docente y fue director de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. En 1960 fundó en Poza Rica la Escuela de Pintura, junto con la Secretaría de Educación Pública. Fue cofundador y director de la Escuela de Artesanías en Coatepec, y fundó y estuvo a cargo de los Talleres Libres de Arte de Papantla.
Durante su larga carrera profesional, recibió diplomas, reconocimientos y homenajes. Entre los más actuales se cuenta el realizado en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2018, así como el entregado por Diario de Xalapa, también en 2018, por tratarse de un veracruzano distinguido.
