Cuando en 2018 Aremí Hernández obtuvo su titulación como Licenciada en Teatro por la Universidad Veracruzana con un trabajo teórico y la puesta en escena Érase una vez un rey no imaginaba que ese mismo montaje le traería una serie de satisfacciones. A un año de la primera presentación y con 22 funciones, el pasado domingo la obra fue declarada ganadora del primer lugar en la categoría “C” de estudiantes de escuelas profesionales del 26° Festival Internacional de Teatro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Érase una vez un rey se impuso a las propuestas de las universidades autónomas de Hidalgo y Sinaloa, y la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Como parte del premio, tendrá una temporada en la cartelera de la UNAM. Además, el próximo 28 de febrero habrá una función especial en el Centro Cultural Casa de Día en la capital veracruzana.
Dirigida por Jaime Federico Hernández, la obra es original del grupo chileno Aleph y en la entidad se dio como una coproducción entre TEATRALISSSTE (Delegación del Instituto en Veracruz) y de Iskay Teatro de la Universidad Veracruzana. El elenco está conformado por Aremí Hernández, Shaní Lozano y Elizabeth V. Perlestáin, quienes suman este logro al obtenido en octubre pasado, cuando en el XXVII Festival de Teatro Universitario de la Universidad Veracruzana también ganaron el Premio Único a la Mejor Puesta de Egresados de la Facultad de Teatro; además, Shaní y Aremí recibieron menciones honoríficas por sus actuaciones.
Con presentaciones en encuentros nacionales y una invitación para llegar a Chile en enero de 2020, el equipo de Érase una vez una rey continuará buscando espacios para compartir la farsa reflexiva en la cual hablan de las tentaciones del poder, avaricia y dominio que enfrentan tres pepenadores –de manera imaginaria y lúdica– al transitar por la monarquía, dictadura y democracia.
En entrevista, el director del montaje declara que el premio recién obtenido “es un reconocimiento al esfuerzo, al trabajo y al compromiso con el que las actrices asumieron su proceso creativo actoral en el escenario. El resultado es un trabajo digno, respetuoso, y el triunfo, la cereza del pastel a un gran esfuerzo con ensayos de las actrices a altas horas de la noche y hasta en periodo vacacional.
Considero que la obra tiene mucho futuro. Buscamos a través del teatro restaurar el tejido social, construir caminos de concordia y pacificación”.
El impacto del teatro, puntualiza, “no es sólo informativo para la sociedad y formativo para las actrices; el arte en general es fundamental en la formación del ser humano y necesario para los avances de la sociedad”.